
La segunda tabla de este díptico ha sido Lourdes, calificada por el Pontífice como “una luz en la oscuridad de nuestro ir a tientas hacia Dios”. “Ante la gruta de Massabielle –ha proseguido explicando Benedicto XVI- he rezado por la Iglesia, he orado por Francia y el mundo, he seguido las cuatro etapas del camino del Jubileo y también he rezado con y por los enfermos. Dios no los olvida y tampoco la Iglesia”.
“Que en Francia reine la armonía y el progreso humano, y que su Iglesia sea levadura en la masa para indicar con sabiduría y sin temor, de acuerdo a la misión que le compete, quién es Dios”, ha finalizado el Papa expresando su deseo de regresar a esta tierra.
Fuente: Radio Vaticano
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