Memoria de san Vicente Paúl, presbítero, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad. Vicente significa: "Vencedor, victorioso".
Vicente de Paul ( 1580 – 1660), nacido en Pouy (Gascuña, cerca de los pirineos) el 24 de abril de 1581, de una familia de humildes labriegos (él mismo se denominaba por humildad «un porquerizo, un harapiento»), se ordenó sacerdote a los diecinueve años (1600).
Se estableció en París en 1608, en busca de un beneficio, después de haber sido prisionero de los mahometanos por dos años, en Túnez capturado por los piratas, y de haber convertido a un renegado.
En la situación social de aquel siglo, azotado por la peste y el hambre, Vicente asumió la cura pastoral de una parroquia junto a París (1612), en Clichy, donde reunió a un grupo de jóvenes. En sus servicios en las galeras, desde 1618, desempeñó un intenso apostolado entre los hombres que trabajaban en los navíos, descendiendo a las bodegas de aquellas cárceles flotantes.
En 1617 se produjo un viraje que marcará su vida de misionero de los campesinos pobres, porque a la cabecera de un labrador moribundo percibió falta de sacramentalización en la Iglesia de su tiempo, más tarde reúne a un grupo de asistencia, para organizar una ayuda más sistemática, de las que luego saldrá la Compañía de las Hijas de la Caridad. Vicente de Paul funda la Congregación de los Padres de la Misión. Su meta era predicar el Evangelio, a los pobres y en especial a la gente de campo, ayudar a los sacerdotes.
Rápidamente, todas las ciudades de Francia fueron visitadas por los Padres de la Misión, o Padres Lazaristas, como lo llamaban. La formación del clero fue una gran preocupación de Vicente de Paul. Frente a la miseria que descubría día tras día, Vicente de Paul tenía una gran preocupación: Organizar la caridad. Así en 1624, encuentra a Luisa de Marillac, pide al señor de Paul guiar su alma, este primero vaciló y luego aceptó.
Bajo la conducción de Luisa de Marillac, funda las Hijas de la Caridad, tendrán como: * por monasterios, las casas de los enfermos * por celda, una pieza arrendada La más célebre de las obras emprendidas, fue la de los niños abandonados. Durante sesenta años Francia se benefició de la caridad incansable de este hombre. Quebrantado de salud desde 1665, sufrió un ataque de parálisis, permaneciendo lúcido hasta su muerte.
El 10 de agosto de 1736, fue canonizado por el Papa Clemente XII. El espíritu y el corazón de San Vicente de Paul, guarda toda su vigencia a través de los hombres y mujeres que siguen la misión del gran apóstol de la Caridad.
Evangelio del día/EWTN
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