Ayer, miles de fieles repletaron la Catedral Metropolitana y las céntricas calles de la capital para ser partícipes de la celebración de Corpus Christi. Como ya es tradición, la solemnidad estuvo marcada por la multitudinaria y fervorosa procesión que fue encabezada por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, en compañía del Nuncio Apostólico en Chile, monseñor Giuseppe Pinto; y de varios presbíteros y diáconos de la arquidiócesis.
Luego de rezar el rosario en la Iglesia de San Agustín, el Cardenal se trasladó a las dependencias de la Catedral para presidir la eucaristía central. En su homilía, el prelado destacó el valor de la Solemnidad de Corpus Christi, señalando que "este pan bajado del cielo" es una gracia extraordinaria, ya que es el mismo Jesucristo quien "permanece entre nosotros".
Multitudinaria y entusiasta procesión
Al concluir la Santa Misa, se inició la procesión del Santísimo por las calles del centro de Santiago. En esta ocasión, la procesión contó con la destacada participación de una multitud de laicos quienes con mucho fervor y respeto acompañaron a Jesucristo Sacramentado con cantos y oraciones. El trayecto se realizó sobre una alfombra de flores y aserrín, con motivos religiosos centrados en el sacramento de la Eucaristía, confeccionada por alumnos de cuarenta colegios católicos.
Al retornar nuevamente a la Catedral se procedió a un momento de adoración al Santísimo, culminando la jornada con la solemne bendición final impartida por el Arzobispo de Santiago.
Gaudium Press
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