La Iglesia y las comunicaciones, realidad y desafíos

Santiago de Chile, 22 ago 08.- Este seminario de reflexión fue una iniciativa de la Pontificia Universidad Católica de Chile, a través de su Vicerrectoría de Comunicaciones y Asuntos Públicos, su Facultad de Comunicaciones y su Dirección General de Pastoral y Cultura Cristiana.
Al encuentro asistieron periodistas y comunicadores de instituciones de Iglesia y medios de comunicación de Santiago y de distintas diócesis del país. Entre los participantes se encontraban el obispo auxiliar de Santiago y Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Cristián Contreras Villarroel; el obispo auxiliar de Santiago y Vice Gran Canciller UC, Mons. Andrés Arteaga; Antonio Daher, Director General de Pastoral y Cultura Cristiana de la UC; y Francisca Alessandri, Vicerrectora de Comunicaciones y Asuntos Públicos UC.

Medios de Comunicación Social y la riqueza de los Medios de Iglesia

En el primer panel, titulado “Iglesia y comunicación en la cultura de la controversia”, Cristián Calderón, coordinador del Diplomado en Gestión de Comunicaciones de la Iglesia, se refirió a la industria de los medios y sus características, como por ejemplo, que se deben a su audiencia y que son parte de la cultura de la espectáculo. “Si en los medios no existe controversia, se explica, hipotéticamente, la baja en audiencia y lectura”, señaló.
Luego, Jaime Coiro, director de la Oficina de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal de Chile, se refirió a los desafíos que enfrentan los periodistas que trabajan en medios y en instituciones de Iglesia, manifestando que así como debe existir una preocupación por la presencia de la Iglesia en los medios, no se puede dejar de lado a los comunicadores: “Hay que cuidar las personas, porque en ellas se manifiesta el Señor y a través de ellas comunica su amor. Por eso el comunicador de Iglesia es en sí mismo el mensaje que comunica. Sería impensable un comunicador de Iglesia atrapado en la ira o la congoja, huraño, desabrido y malhumorado”.
También planteó que asumir una identidad de Iglesia es un paso indispensable para hacer un aporte desde la propuesta católica frente a los grandes temas que la sociedad se cuestiona.
Al mismo tiempo, destacó la posibilidad de contar con medios propios "que no siempre valoramos en su justa medida (...) Necesitamos llenar de alma esos medios, de contenidos que sean presencia cristiana en una sociedad en búsqueda de sentido, que sean medios insertos en un diálogo con la cultura, una palabra clara en tiempos de controversia, una respuesta coherente a los desafíos de hoy".

El nuevo escenario de los medios y sus responsabilidades

Luego de un café, pausa propicia para un compartir fraterno, María Elena Gronemeyer, directora de la Escuela de Periodismo UC, quien participó en el segundo panel titulado “La nueva evangelización, un desafío para los medios de comunicación”, invitó a los comunicadores y periodistas católicos, a tener una actitud optimista frente a las nuevas tecnologías y a mirar el nuevo escenario de los medios como un guiño de Dios.
Respecto de la labor que los medios realizan en la sociedad, Gronemeyer puntualizó en que tienen que dar a conocer la verdad, y que tienen que ser capaces de poner a las personas en contacto a través de acontecimientos universales en los cuales Dios se manifiesta. Además, la audiencia debe exigirles que se respete la dignidad de la persona. “En los medios católicos, no basta tener experiencias de fe, aunque es indispensable, no basta ser bondadoso, que por supuesto es indispensable; es necesario estar profesionalmente formado, porque hoy el público es mucho más exigente”, agregó.
Por otro lado, señaló que cuando el periodista hace una entrevista, edita un material audiovisual o sale al aire por la radio de manera responsable, efectivamente está haciendo oración.
Más adelante, Mercedes Ducci, directora ejecutiva de Canal 13, enfatizó en que el desafío de dicha corporación de televisión es llevar a la pantalla el compromiso que tiene con el Evangelio, y compatibilizarlo con la necesidad de autofinanciamiento y la masividad.

Fuente: Iglesia.cl