San Juan, natural de Betsaida de Galilea, fue hijo de Zebedeo y de Salomé, y hermano de Santiago el Mayor. Siendo primeramente discípulo de San Juan Bautista y buscándolo con todo corazón el reino de Dios, siguió después a Jesús, y llegó a ser pronto su discípulo predilecto.
Desde la cruz el Señor le confió su Santísima Madre, de la cual Juan, en adelante, cuidó como de la propia.- Juan era aquél discípulo «al cual Jesús amaba» y que en la última Cena estaba «recostado sobre el pecho de Jesús» (Juan 13, 23), como amigo de su corazón y testigo íntimo de su amor y de sus penas.
Después de la Resurrección se quedó Juan en Jerusalén como una de las «columnas de la Iglesia» (Gal 2,9 ), y mas tarde se trasladó a Efeso del Asia Menor. Desterrado por Domiciano ( 81–96) a la isla de Patmos, escribió allí El Apocalipsis. A la muerte del tirano pudo regresar a Efeso, ignorándose la fecha y todo detalle de su muerte. Además de El Apocalipsis y tres Epístolas, compuso a fines del primer siglo El Evangelio que lleva su nombre, que tiene por objeto robustecer la fe en las mesianidad y divinidad de Jesucristo, á la par que sirve para completar los Evangelios anteriores, principalmente desde el punto de vista espiritual, por lo cual ha sido llamado el Evangelista del amor.
Su lenguaje es de lo más alto que nos ha legado la Escritura Sagrada, como se ve en el prólogo, que, por la sublimidad sobrenatural de su asunto –los orígenes eterno del Verbo- , no tiene semejante en toda la literatura humana»
Evangelio del día
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