Castel Gandolfo.- El Papa Benedicto XVI sorprende, por segunda vez en este verano europeo, de manera inesperada y fuera del protocolo. Ayer, en la tarde tarde, mientras salía del Palacio Apostólico para pasear en los Jardines de Castel Gandolfo, el Santo Padre decidió cambiar el recorrido estipulado por el protocolo saliendo de la puerta central. Ya la semana pasada, el 6 de agosto, el Papa hizo una visita sorpresa a la región de Abruzzo.
Benedicto XVI estaba acompañado de su hermano Georg Ratzinger, que todo el mes de agosto, en la Fiesta de la Asunción, va a Gandolfo para pasar junto a su hermano pontífice algunas semanas de vacaciones. Al salir en el papa-móvil, el Papa sonrió a los peregrinos y los ciudadanos, sorprendidos de verlo en la Piazza della Libertà, recibiéndolo con aplausos y saludos. No era el papa-móvil grande que las personas conocen, el de las ceremonias en la Plaza San Pedro, sino un golf blanco.
Benedicto XVI sorprendió dejando de lado el protocolo, como le gustaba hacer a su predecesor Juan Pablo II, quien acostumbró a las personas con sus salidas improvisadas del Vaticano. El Papa Ratzinger pasea todos los días en los Jardines del Vaticano alrededor de las 16:00 horas y, en Castel Gandolfo, donde pasa sus vacaciones, alrededor de las 18:00 horas.
Los Jardines del palacio apostólico, a diferencia de aquellos del Vaticano, tienen un acceso un poco complicado. El Pontífice debe pasar el palacio, en un puente arriba de la calle y tomar un elevador que lo lleva al territorio de las Villas Pontífices. Esta vez el Santo Padre quería ser visto por las personas y expresar su proximidad a los ciudadanos de Castel Gandolfo donde, evidentemente, gusta de pasar sus vacaciones.
Ayer el Pontífice salió con dos días de antecedencia para la misa de la Asunción, que es tradicionalmente presidida por el Santo Padre en la iglesia parroquial local de Santo Tomás de Villanova. El paseo de la tarde terminó con cantos marianos delante de la estatua de Nuestra Señora.
Gaudium Press
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