Misa por Chile en el Santuario Nacional de Maipú |
Santiago.- Miles de personas se congregaron ayer en la explanada del Santuario Nacional de Maipú para participar de la Misa por Chile, principal celebración con que la Iglesia agradeció a Dios los 200 años de vida independiente de la Nación y con la cual puso fin a la peregrinación de la imagen de la Virgen del Carmen Misionera.
Con sus banderas en alto, entusiastas peregrinos provenientes de todas las diócesis del país comenzaron desde el mediodía a repletar el espacio. La celebración religiosa contó con la presencia del Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien arribó al Santuario junto a su esposa, ministros de Estado, parlamentarios y otras autoridades. También asistieron las delegaciones de las Fuerzas Armadas y de Orden.
La Santa Misa fue presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz y concelebrada por los 32 obispos del país y también por el Nuncio Apostólico de Su Santidad, monseñor Giuseppe Pinto.
La solemnidad comenzó con un acto de acción de gracias al Señor por todos los dones y bendiciones que regala a su pueblo peregrino es esta tierra. Luego se dio la bienvenida a cada una de las delegaciones provenientes de las 27 diócesis presentes a lo largo del país. Antes de la eucaristía, la imagen de la Santísima Virgen hizo su entrada al altar, a su paso, fervorosos fieles la aclamaban con banderas, pañuelos y el canto de una décima.
Jornada marcada por emotivos signos
En su procesión inicial, los obispos celebrantes de detuvieron un momento junto a los muros del antiguo Templo para implorar a Dios su misericordia por las faltas y errores cometidos por la Iglesia, por sus pastores y por la comunidad eclesial en el transcurso de estos 200 años.
"Por todo el bien que hemos dejado de hacer... por los pecados de los pastores y consagrados.. por los pecados contra la unidad de la Iglesia y contra el respeto debido a otras confesiones religiosas... por los pecados contra la auténtica tolerancia... por los actos y gestos que han ofendido y dañado la dignidad de las personas.... por los pecados en la transmisión de la fe y el relativismo moral... por los pecados en contra de la vida y la creación... por todo aquello que nos hace indignos del nombre de Cristianos", fueron algunas de las invocaciones de la oración de perdón.
Posteriormente, los obispos precedidos por doscientas banderas portadas por jóvenes ingresaron al altar principal para dar comienzo a la celebración. Al inicio, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile y Arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati, dio la bienvenida a las autoridades y a todos los fieles presentes.
"Damos gracias a Dios por la bondad que Él nos ha reservado y le pedimos que podamos continuar con la fuerza del Espíritu realizando la misión que nos ha encomendado", dijo.
Otro signo importante tuvo lugar después de la comunión, en que los asistentes se comprometieron ante la imagen de la Virgen a hacer de Chile una verdadera patria de hermanos, rezando al unísono la "Promesa de Chile":
"Prometo poner todo mi empeño
para hacer de Chile
una Patria de hermanos,
donde cada uno tenga pan, respeto y alegría.
Donde reine la paz,
la justicia la solidaridad.
Para que Chile sea una nación bendecida por Dios,
tierra de encuentro y esperanza".
Gaudium Press / Igor Roco
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