Santa Brígida, religiosa, nacida en Suecia, que contrajo matrimonio con el noble Ulfo, del que tuvo ocho hijos, a los cuales educó piadosamente, consiguiendo al mismo tiempo con sus consejos y con su ejemplo que su esposo llevase una vida de piedad. Muerto éste, peregrinó a muchos santuarios y dejó varios escritos, en los que habla de la necesidad de reforma tanto de la cabeza como de los miembros de la Iglesia. Puestos los fundamentos de la Orden del Santísimo Salvador,
en Roma pasó de este mundo al cielo
Etimológicamente significa “fuerte y brillante”. Viene de la lengua celta.
En estas circunstancias le fue fácil llegar a tener revelaciones de la Virgen y llevar una vida conforme al Evangelio. Pero lo que realmente le cautivó del Evangelio y de su predicación fue la narración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Cuando alcanzó la edad joven, contrajo matrimonio con Ulf. Ambos vivieron felices durante 28 años y con sus ocho hijos. Tienen el honor de que una de sus hijas, Catalina, fuera más tarde santa.
Sin embargo, uno de sus hijos le hizo sufrir mucho a causa de la vida que llevaba.
Era consciente de que su trabajo en el palacio real no le satisfacía demasiado.
Veía que se gastaba demasiado dinero a costa de los impuestos a todo el mundo y sobre todo la precariedad de los pobres en pagarlo.
Tenía la delicadeza y la valentía necesarias como para llamarle la atención al mismo rey y reina. Por esta razón, al no verse feliz en su trabajo, marchó a Santiago de Compostela con su marido.
Ulf se puso enfermo pero se curó milagrosamente de sus males. Cuando vio que su vida podía ser más santa, entró en un convento. Brígida, a su vez, oyó una voz del cielo que le decía: "Yo en la vida sufrí pobreza, y tú tienes demasiados lujos y comodidades".
Estas palabras le hicieron recapacitar. Al poco tiempo y, de vuelta a Suecia, vendió sus vestidos elegantes para vivir como una verdadera pobre.
Contenta por haber ido a Santiago, emprendió otra peregrinación con su hija Catalina a Roma. Se quedó mucho tiempo ayudando a los pobres y enfermos. Pero Dios la llamaba a su tierra natal para que fundara la Comunidad de San Salvador, convento que llegó a contar con 60 religiosas.
Y, al volver de la tercera peregrinación a Jerusalén, murió el 23 de julio de 1373.
Fuente: Catholic.net
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