Ciudad del Vaticano, 8 dic 08.- Benedicto XVI: "En María Inmaculada contemplamos el reflejo de la belleza que salva al mundo: la belleza de Dios que brilla en el rostro de Cristo. En María, esta belleza es totalmente pura, humilde, exenta de toda soberbia y presunción".
De este modo Benedicto XVI ha hablado la mañana del 8 diciembre de la "Llena de gracia", la primera en ser liberada de la caída primitiva de nuestros progenitores, durante la oración del Ángelus el día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Un misterio que nos recuerda dos verdades fundamentales de nuestra fe, explicó el Papa: el pecado original y la victoria de la gracia de Cristo sobre él, que resplandece en María. El pecado original, la experiencia del mal, que nos rodea y que está dentro de nosotros, comentó Benedicto XVI, suscitan una "profunda pregunta, especialmente para el creyente: ¿de dónde viene el mal, si Dios es absoluta bondad? Como responde la narración sobre la creación, concluyó el Papa, Dios no ha creado la muerte, sino que ésta entró en el mundo por envidia del diablo, que atrajo a los hombres con el engaño, y los indujo a la rebelión contra Dios. Nuestra esperanza es Cristo, el hijo de mujer que aplasta la cabeza de la serpiente.
De este modo Benedicto XVI ha hablado la mañana del 8 diciembre de la "Llena de gracia", la primera en ser liberada de la caída primitiva de nuestros progenitores, durante la oración del Ángelus el día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. Un misterio que nos recuerda dos verdades fundamentales de nuestra fe, explicó el Papa: el pecado original y la victoria de la gracia de Cristo sobre él, que resplandece en María. El pecado original, la experiencia del mal, que nos rodea y que está dentro de nosotros, comentó Benedicto XVI, suscitan una "profunda pregunta, especialmente para el creyente: ¿de dónde viene el mal, si Dios es absoluta bondad? Como responde la narración sobre la creación, concluyó el Papa, Dios no ha creado la muerte, sino que ésta entró en el mundo por envidia del diablo, que atrajo a los hombres con el engaño, y los indujo a la rebelión contra Dios. Nuestra esperanza es Cristo, el hijo de mujer que aplasta la cabeza de la serpiente.
Fuente: H2Onews
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