Santiago, 28 Ene. 09.- Un grupo de haitianos residentes en Santiago está aprendiendo de manera formal el español en dependencias de INCAMI (Instituto Católico Chileno de Migración), lo que les será de gran utilidad para integrarse en la sociedad chilena.
la ONU en la zona.
El voluntario francés en INCAMI, Rémy Thiollier, manifestó que de acuerdo a lo que ha logrado percibir mediante el trato constante con estos migrantes, la realidad de los haitianos en Chile se puede subdividir entre quienes vivían en Puerto Príncipe u otros centros urbanos de Haití y quienes proceden de sectores rurales. Los primeros han tenido acceso a la educación formal, la mayoría habla inglés y aspiran a estudiar en la educación superior; en cambio los segundos solo manejan el creole, no fueron a la escuela y no tienen mucha claridad sobre sus objetivos en Chile.
“La mayoría viene sobre todo con la intención de estudiar. Son jóvenes y piensan que acá es más fácil, lo que es así -porque hay estabilidad y les reconocen sus estudios previos-, pero es caro, mucho más de lo que imaginaban y eso los desilusiona. La situación política y social de su país es muy compleja, lo que les genera mucha inestabilidad. Ellos buscan acá alguna posibilidad de un mejor futuro”, señaló el voluntario.
Sobre su estadía en nuestro país, una de las principales características es la solidaridad entre ellos. “Ellos viven en comunidad, son grupos de amigos. Ninguno vive solo, son solidarios, mientras uno encuentra trabajo el resto lo mantiene sin problemas”, remarcó.
Gaudim Press
Marcelo Iturrieta Opazo, profesor de francés de
Las clases son los lunes a las 11. Entre los objetivos del curso están el que los alumnos obtengan competencias comunicativas en idioma español así como que alcancen una comprensión sociocultural elemental para su inserción social, laboral y educativa en Chile.
El voluntario francés en INCAMI, Rémy Thiollier, manifestó que de acuerdo a lo que ha logrado percibir mediante el trato constante con estos migrantes, la realidad de los haitianos en Chile se puede subdividir entre quienes vivían en Puerto Príncipe u otros centros urbanos de Haití y quienes proceden de sectores rurales. Los primeros han tenido acceso a la educación formal, la mayoría habla inglés y aspiran a estudiar en la educación superior; en cambio los segundos solo manejan el creole, no fueron a la escuela y no tienen mucha claridad sobre sus objetivos en Chile.
“La mayoría viene sobre todo con la intención de estudiar. Son jóvenes y piensan que acá es más fácil, lo que es así -porque hay estabilidad y les reconocen sus estudios previos-, pero es caro, mucho más de lo que imaginaban y eso los desilusiona. La situación política y social de su país es muy compleja, lo que les genera mucha inestabilidad. Ellos buscan acá alguna posibilidad de un mejor futuro”, señaló el voluntario.
Sobre su estadía en nuestro país, una de las principales características es la solidaridad entre ellos. “Ellos viven en comunidad, son grupos de amigos. Ninguno vive solo, son solidarios, mientras uno encuentra trabajo el resto lo mantiene sin problemas”, remarcó.
Gaudim Press
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