Santiago, 11 Feb. 09.- El obispo auxiliar de Santiago y experto en bioética, monseñor Fernando Chomalí, expresó el pesar de la Iglesia Católica por el fatal desenlace que tuvo este lunes 9 de febrero el caso de la joven italiana Eluana Englaro, quien falleciera tres días después que se le dejara de administrar suero alimentario y agua.
Criticando la decisión que terminó con su vida, monseñor Chomalí señaló que es muy distinto morir a causa de una enfermedad ante la cual se hizo todo lo humanamente posible para revertirla o para otorgar bienestar al paciente, que dejarla morir porque se le priva de derechos básicos como la alimentación e hidratación. “Que quede claro que para nosotros la alimentación y la hidratación es una acción totalmente proporcionada y ordinaria, y si alguien hubiese preguntado si estábamos en este caso obligados, por ejemplo, a una intervención quirúrgica, yo hubiera sido el primero en decir que no. Eso nos parece desproporcionado y extraordinario, pero aquí estamos hablando de un derecho básico que tiene toda persona, dada su dignidad intrínseca, a poder estar alimentada e hidratada”.
Al respecto, añadió que “nosotros pensamos que la muerte forma parte de nuestra experiencia humana; sin embargo, no creemos que una persona tenga el derecho de realizar una acción que tienda a eliminar a otra”.
Criticando la decisión que terminó con su vida, monseñor Chomalí señaló que es muy distinto morir a causa de una enfermedad ante la cual se hizo todo lo humanamente posible para revertirla o para otorgar bienestar al paciente, que dejarla morir porque se le priva de derechos básicos como la alimentación e hidratación. “Que quede claro que para nosotros la alimentación y la hidratación es una acción totalmente proporcionada y ordinaria, y si alguien hubiese preguntado si estábamos en este caso obligados, por ejemplo, a una intervención quirúrgica, yo hubiera sido el primero en decir que no. Eso nos parece desproporcionado y extraordinario, pero aquí estamos hablando de un derecho básico que tiene toda persona, dada su dignidad intrínseca, a poder estar alimentada e hidratada”.
Al respecto, añadió que “nosotros pensamos que la muerte forma parte de nuestra experiencia humana; sin embargo, no creemos que una persona tenga el derecho de realizar una acción que tienda a eliminar a otra”.
Iglesia.cl
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