Ciudad del Vaticano, 30 Nov. 09.- Con las Primeras Vísperas, celebradas en la Basílica de San Pedro, el Papa dio inicio en la noche de este sábado a un nuevo Año Litúrgico para la vida de la Iglesia y al primer tiempo de este nuevo Año: el Adviento.
En su discurso, el Santo Padre recordó que la palabra adviento viene del latín ‘adventus' y significa "venida", pero también "presencia", "llegada". "Los cristianos adoptaron la palabra adviento para expresar su relación con Jesucristo: Jesús es el Rey. Dios está aquí, no se retiró del mundo, no nos dejó solos. Aunque no lo podamos ver y tocar como sucede con la realidad sensible, Él está aquí y viene a visitarnos de diversas formas".
Adviento también significa "visitación", "visita", dice Benedicto XVI. El Papa observó que "en este caso, se trata de una visita de Dios: Él entra en mi vida y quiere dirigirse a mí. Todos decimos tener, en la existencia cotidiana, poco tiempo para el Señor y poco tiempo también para nosotros. Acabamos siendo absorbidos por el "hacer"".
Adviento y sentido de vida
"El Adviento nos invita a estimular y contemplar al Señor presente", continua el Papa. Y esta seguridad, dice, "debería ayudarnos a ver el mundo con otros ojos". "Porque es la esperanza que marca el camino de la humanidad, de la vida eterna. El Adviento es el tiempo de la presencia y de la espera por lo eterno", explica, afirmando que con el Adviento, la Iglesia quiere enseñar que se debe dar sentido al tiempo.
"Si el tiempo no es colmado por un presente dotado de sentido, la espera corre el riesgo de tornarse insoportable. Cuando, sin embargo, el tiempo es dotado de sentido, y a cada momento percibimos algo específico y de valor, entonces la alegría de la espera torna el presente más precioso".
Gaudium Press
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