miércoles, 30 de noviembre de 2011

San Andrés, Apóstol


El nombre "Andrés" (del griego Andreia, valentía o valor), como otros nombres griegos, parece haber sido común entre los Judíos del segundo o tercer siglo antes de Cristo.

San Andrés, el Apóstol, hijo de Jonás, o Juan (Mateo, 16, 17; Juan, 1, 42), nació en Bethsaida de Galilea (Juan, 1, 44) Fue el hermano de Simón Pedro (Mateo 10,2; Juan 1, 40) Ambos fueron pescadores (Mateo 4, 18; Marcos 1, 16), y al comienzo de la vida publica de Nuestro Señor ocuparon la casa de Cafarnaum (Marcos 1, 21, 29).

Desde el cuarto Evangelio aprendemos que Andrés fue discípulo del Bautista y de Juan el Evangelista para seguir a Jesús (Juan, 1, 35-40). Andrés inmediatamente reconoció a Jesús como el Mesías, Pedro, (Juan, 1, 41). Desde entonces los dos hermanos fueron discípulos de Cristo.

En las ocasiones subsiguientes, previas al llamado final al apostolado, ellos fueron llamados a la cercana compañía, y luego dejaron todo para seguir a Jesús (Lucas 5, 11; Mateo, 4, 19, 20; Marcos, 1, 17, 18). Finalmente Andrés fue elegido para ser uno de los Doce; y en las varias listas de Apóstoles dadas en el Nuevo Testamento (Mateo, 10, 2-4; Marcos, 3, 16-19; Lucas, 6, 14-16; Actos, 1, 13) el siempre aparece entre los primeros cuatro.

La única otra explicita referencia a el en el Synoptists, ocurre en (Marcos,13, 3), donde anunciaron su unión con Pedro, Jaime y Juan en poner la cuestión que dejo Nuestro Señor en su gran discurso escatológico. Además de esta exigua información, aprendimos del cuarto Evangelio que en ocasión de la milagrosa alimentación de quinientas personas.

Fue Andrés quien dijo: "Este es un muchacho quien tiene cinco barras de pan de cebada y dos pescados: ¿ pero que son estas entre tantos?" (Juan, 6, 8, 9); y cuando, unos pocos días antes de la muerte de Nuestro Señor, ciertos Griegos le preguntaron a Felipe si ellos podrían ver a Jesús, Felipe refería el tema a Andrés como una de las mayores autoridades, y luego ambos anunciaron a Cristo (Juan, 12, 20-22)

Como en la mayoría de los ordenes los primeros cuatro, son Pedro, Juan, Jaime, Andrés; no hay en las epístolas ni en el Apocalipsis mención alguna de ellos. Desde lo que conocemos de los Apóstoles generalmente, podemos, por su puesto suplementar un poco de estos escasos detalles.

Como uno de los Doce, Andrés fue admitido en cercana familiaridad con Nuestro Señor durante su vida publica; estuvo presente en la Ultima Cena; contemplando la ascensión del Señor; testigo de la Ascensión; compartió las gracias y regalos del primer Pentecostés, y ayudo, entre los riesgos y persecuciones, a establecer la Fe en Palestina.

Cuando los Apóstoles fueron enviados a predicar a las Naciones, Andrés parece haber tomado una parte importante, pero desafortunadamente no tenemos certeza de la extensión o el lugar de su trabajo. La cruz en la cual él sufrió es comúnmente sostenida de haber sido una cruz en X, ahora conocida como de San Andrés, sin embargo la evidencia para esta visión parece ser no durar mas allá del siglo catorce.

Este martirio toma lugar durante el reino de Nerón, el 30 de Noviembre de 60 de la Era Cristiana; y ambas la Iglesia Griega y la Latina mantiene el 30 de Noviembre como sus fiestas. Las reliquias de San Andrés fueron trasladadas desde Patrae a Constantinopla, y depositadas en la Iglesia de los Apóstoles allí, alrededor del 357 de la Era Cristiana.

Cuando Constantinopla fue tomada por los Franceses, en el comienzo del siglo trece, el Cardenal Pedro de Capua trajo las reliquias a Italia y las coloco en la Catedral de Amalfi, donde la mayoría de ellas permanecen. San Andrés es honrado como el patrono protector por Rusia y Escocia.

Evangelio del día

Recomendamos:  


martes, 29 de noviembre de 2011

San Saturnino de Tolosa

San Saturnino de Tolosa
La ciudad de Toulouse, en el Languedoc francés, muestra con orgullo su magnífica e impresionante catedral —joya del románico— de Saint-Sernin. Tiene cinco naves, vasto crucero y un coro deambulatorio con capillas radiadas.

San Saturnino —nuestro conocido y tantas veces cantado Sanserenín de las canciones y juegos infantiles— fue el primer obispo de esta parte de la Iglesia.

No se conoce nada anterior a su muerte. Todo lo que nos ha llegado es producto del deseo de ejemplarizar rellenando con la imaginación y la fantasía lo que la historia no es capaz de decir. A partir de unos relatos probables se suman otros y otros más que lo van adornando como descendiente de familia romana — el nombre es diminutivo del dios romano Saturno— culta, adinerada, noble e incluso regia hasta llegar a las afirmaciones de Cesareo de Arlés que, nada respetuoso con la cronología, lo presenta candorosamente como oriundo de Oriente, uno más de los discípulos del Señor, bautizado por Juan Bautista, presente en la última Cena y en Pentecostés. Ciertamente es el comienzo de la literatura legendaria.

Lo que consta es que la figura está enmarcada en el siglo III, en tiempos de la dominación romana, después de haberse publicado, en el año 250, los edictos persecutorios de Decio, cuando la zona geográfica de Tolosa cuenta con una pequeña comunidad cristiana pastoreada por el obispo Saturnino que por no caer en idolatría, quemando incienso a los dioses, sufre el martirio de una manera suficientemente cruel para que el hecho trascienda los límites locales y la figura del mártir comience a recibir culto en el interior de las Galias, en la ribera mediterránea y pase también los Pirineos hacia España.

En tiempos posteriores, facilita la extensión de esta devoción el hecho de que el reino visigodo se prolongue hasta España lo que conlleva el transporte de datos culturales; también el peregrinaje desde toda Europa a la tumba el Apóstol Santiago en Compostela hace que los andariegos regresen expandiendo hacia el continente la devoción saturniniana, al ser Tolosa un punto de referencia clásico en las peregrinaciones, y con ello los peregrinos entran en contacto con las reliquias del mártir.

El martirologio romano hace su relación escueta en estos términos: "En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".

Los relatos siguientes lo presentan atado con cuerdas a un toro que estaba dispuesto para ser sacrificado y que lo arrastra hasta dejarlo muerto y destrozado. Dos valientes cristianas —Les Saintes-Puelles— recogen su cuerpo y lo entierran cerca de la ruta de Aquitania.

El obispo Hilario hizo construir sobre la tumba de su antecesor una pequeña basílica que reformó san Exuperio en el siglo V y que destruyeron los sarracenos en el 711. Edificada lentamente durante el siglo XI, la consagró en papa Urbano II el año 1096 para que, en el 1258, el obispo Raimundo de Falgar depositara en su coro los restos de san Saturnino.

Catholic.net

lunes, 28 de noviembre de 2011

Santa Catalina Labouré


Sus padres tuvieron diecisiete hijos de los que vivieron nueve. Catalina era la séptima. Nació en Fain-les-Moutiers (Francia), el 2 de Enero del 1806. Huérfana de madre desde los nueve años, pasó la niñez entre las aves y los animales de la granja porque tuvo que hacerse cargo de las faenas de la casa junto con su hermana pequeña Tonina. Dos amas de casa, en una familia numerosa, que tenían doce y nueve años.

Ella nota el tirón de la vocación a la vida religiosa. Pero —los santos casi siempre lo tuvieron difícil— tiene que vencer engorrosas y complicadas dificultades familiares para poder realizarla. Incluso tuvo que trabajar como criada y camarera en los negocios de dos hermanos mayores suyos durante algunas temporadas. Lo que pasa es que, cuando Dios llama y uno persevera, las dificultades se superan.

Ingresó en las Hijas de la Caridad que fundó San Vicente de Paul. El amor a Dios le lleva a cumplir fielmente las ocupaciones habituales. Se desenvuelve en la vida sencilla y escondida de una religiosa que tiene por vocación atender a los que están limitados: asilos, hospitales, manicomios, hospicios etc., en donde hay enfermos, sufrimiento, camas, cocina, ropas ... rezos y ¡mucho amor a Dios! Hubiera empleado su vida, como tantas religiosas santas, sin que su nombre hubiera pasado a las líneas de la historia, de no habérsele aparecido la Virgen Santísima en el mes de Julio del 1830 y luego varias veces más. Aún se puede ver, en la rue du Bac, de París, el sillón de respaldo y brazos muy bajos, tapizado de velludillo rojo en donde estuvo sentada Nuestra Señora en la primera aparición. Aparte de otras cosas personales, le pide la Virgen que se grabe una medalla con su imagen en la que aparezcan unos haces de gracia que se derraman desde sus manos para bien de los hombres. Luego, esa medalla ha de difundirse por el mundo. Es el comienzo de laMedalla Milagrosa.

Después pasó su vida desempeñando trabajos escondidos y sin brillo propios de cualquier religiosa. Nadie supo hasta la muerte de esta monjita bretona — no muy letrada— el hecho de las apariciones que ella quiso guardar con el pudor propio de quien conoce la grandeza, las finuras y la personal delicadeza del amor. Sólo tuvo conocimiento puntual el P. Aladel, su confesor.

Muere el 31 de Diciembre del 1876. La canonizó el papa Pío XII.

Catholic.net

domingo, 27 de noviembre de 2011

La Medalla Milagrosa - Nuestra Señora de las Gracias

Virgen de la Medalla Milagrosa
La Medalla Milagrosa fue acuñada y se difundió con una sorprendente rapidez por el mundo entero, y en todas partes fue un instrumento de misericordia, arma terrible contra el demonio, remedio para muchos males, medio simple y prodigioso de conversión y de santificación.
Conozca la historia y los milagros atribuídos a la Medalla Milagrosa. 
Clic aqui>>>

viernes, 25 de noviembre de 2011

Santa Catalina de Alejandría


En el Sinaí el recuerdo de santa Catalina casi ha eclipsado el de Moisés, y el antiquísimo monasterio ortodoxo de esta región que lleva el nombre de la santa, cuyas reliquias se veneran allí.

Nada de ello es obstáculo para que Catalina no haya existido jamás, o al menos eso dicen los sabios hagiógrafos, que atribuyen su historia a un tardío relato de fines edificantes.

Es posible, no hay pruebas históricas de que existiera nuestra Catalina, pero es una de las santas que más hondo ha calado en la sensibilidad religiosa de Oriente y de Occidente. En su vida, popularizada por ingenuos pormenores como el de la rueda en que sufrió tormento, y cuyas cuchillas acabaron hiriendo a los verdugos - la rueda Catalina que ha pasado al lenguaje moderno - hay el testimonio valiente de la verdad que culmina en el martirio, cuando el mártir se hace etimológicamente testigo.

Pero tal vez lo más atrayente del personaje, según lo describe su pasión, no es tanto la muerte a manos de infames sicarios, sino su ansiosa búsqueda de la verdad en el ambiente blando y cosmopolita, corrompido y ecléctico de la Alejandría de su época. Catalina, cuya verdad histórica se pone en duda, fue en su leyenda una apasionada e incansable buscadora de verdades.

Insatisfecha con las ideas comúnmente admitidas, fluctuantes, acomodaticias, un poco de Platón, unas gotas de panteísmo, algo de misticismo barato, los Evangelios adaptados, residuos de la enseñanza pagana, todo bien aderezado, estudia, investiga, y una vez bautizada confunde en un debate público a los teólogos a la moda y muere por lo que cree.

Si Catalina no existió, hubiera debido existir entonces y ahora, sin conformarse con la mezcla impura que casi todos dan por buena, y pagar con su vida la proclamada Verdad.

Evangelio del día

jueves, 24 de noviembre de 2011

Santos Andrés Dung-Lag y compañeros


Esta memoria obligatoria de los ciento diecisiete mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX, proclamados santos por Juan Pablo II en la plaza de San Pedro el 19 de junio de 1988, celebra a mártires que ya habían sido beatificados anteriormente en cuatro ocasiones distintas: sesenta y cuatro, en 1900, por León XIII; ocho, por Pío X, en 1906; veinte, en 1909, por el mismo Pío X; veinticinco, por Pío XII, en 1951.

No sólo son significativos el número insuperado en la historia de las canonizaciones, sino también la calificación de los santos (ocho obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos), la nacionalidad (noventa y seis vietnamitas; once españoles; diez franceses, el estado religioso (once dominicos; diez de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París; otros del clero local, más un seminarista, el estado laical (muchos padres de familia, una madre, dieciséis catequistas, seis militares, cuatro médicos, un sastre; además de campesinos, pescadores y jefes de comunidades cristianas).

Seis de ellos fueron martirizados en el siglo XV, los demás, entre 1835 y 1862; es decir, en el tiempo del dominio de los tres señores que gobernaban Tonkín, Annam y Cochinchina, hoy integradas en la nación de Vietnam.

En gran parte (setenta y cinco) fueron decapitados; los restantes murieron estrangulados, quemados vivos, descuartizados, o fallecieron en prisión a causa de las torturas, negándose a pisotear la cruz de Cristo o a admitir la falsedad de su fe.

De estos ciento diecisiete mártires, la fórmula de canonización ha puesto de relieve seis nombres particulares, en representación de las distintas categorías eclesiales y de los diferentes orígenes nacionales. El primero, del que encontramos una carta en el oficio de lectura, es Andrés Dung-Lac. Nació en el norte de Vietnam en 1795; fue catequista y después sacerdote. Fue muerto en 1839 y beatificado en 1900. Otros dos provienen del centro y del sur del Vietnam. El primero, Tomás Tran-VanThien, nacido en 1820 y arrestado mientras iniciaba su formación sacerdotal, fue asesinado a los dieciocho años en 1838; el otro es Manuel Le-Van-Phung, catequista y padre de familia, muerto en 1859 (beatificado en 1909).

Entre los misioneros extranjeros son mencionados dos españoles y un francés. El dominico español Jerónimo Hermosilla, llegado a Vietnam en 1829, vicario apostólico del Tonkín oriental, fue muerto en 1861 (beatificado en 1909); el otro dominico, el obispo vasco Valentín de Berriochoa, que llegó a Tonkín en 1858, a los treinta y cuatro años, fue muerto en 1861 (beatificado en 1906).

El francés Jean-Théophane Vénard, de la Sociedad de las Misiones Extranjeras de París, llegó a Tonkín en 1854 y fue asesinado a los treinta y dos años (beatificado en 1906): sus cartas inspiraron a santa Teresa de Lisieux a rezar por las misiones, de las que fue proclamada patrona junto con san Francisco Javier.

LISTA DE LOS 117 MÁRTIRES DE VIETNAM

1 Andrés DUNG-LAC, Sacerdote 21-12-1839
2 Domingo HENARES, Obispo O.P. 25-06-1838
3 Clemente Ignacio DELGADO CEBRIAN, Obispo O.P. 12-07-1838
4 Pedro Dumoulin BORIE, Obispo M.E.P. 24-11-1838
5 José María DIAZ SANJURJO, Obispo O.P. 20-07-1857
6 Melchor GARCIA SAMPEDRO SUAREZ, Obispo O.P. 28-07-1858
7 Jerónimo HERMOSILLA, Obispo O.P. O1-11-1861
8 Valentín BERRIOCHOA, Obispo O.P. 01-11-1861
9 Esteban Teodoro CUENOT, Obispo M.E.P. 14-11-1861
10 Francisco GIL DE FEDERICH, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
11 Mateo ALONSO LECINIANA, Sacerdote O.P. 22-O1-1745
12 Jacinto CASTANEDA, Sacerdote O.P. 07-11-1773
13 Vicente LE OUANG LIEM, Sacerdote O.P. 07-11-1773
14 Emanuel NGUYEN VAN TRIEU, Sacerdote 17-09-1798
15 Juan DAT, Sacerdote 28-10-1798
16 Pedro LE TuY, Sacerdote 11-10-1833
17 Francisco Isidoro GAGELIN, Sacerdote M.E.P. 17-10-1833
18 José MARCHAND, Sacerdote M.E.P. 30-11-1835
19 Juan Carlos CORNAY, Sacerdote M.E.P. 20-09-1837
20 Vicente DO YEN, Sacerdote O.P. 30-06-1838
21 Pedro NGUYEN BA TUAN, Sacerdote 15-07-1838
22 José FERNANDEZ, Sacerdote O.P. 24-07-1838
23 Bernardo VU VAN DUE, Sacerdote 01-08-1838
24 Domingo NGUYEN VAN HANH (DIEU), Sacerdote O.P. 01-08-1838
25 Santiago Do MAI NAM, Sacerdote 12-08-1838
26 José DANG DINH (NIEN) VIEN, Sacerdote 21-08-1838
27 Pedro NGUYEN VAN TU, Sacerdote O.P. 05-09-1838
28 Francisco JACCARD, Sacerdote M.E.P. 21-09-1838
29 Vicente NGUYEN THE DIEM, Sacerdote 24-11-1838
30 Pedro VO BANG KHOA, Sacerdote 24-11-1838
31 Domingo TUOC, Sacerdote O.P. 02-04-1839
32 Tomás DINH VIET Du, Sacerdote O.P. 26-11-1839
33 Domingo NGUYEN VAN (DOAN) XUYEN, Sacerdote O.P. 26-11-1839
34 Pedro PHAM VAN TIZI, Sacerdote 21-12-1839
35 Pablo PHAN KHAc KHOAN, Sacerdote 28-04-1840
36 Josée DO QUANG HIEN, Sacerdote O.P. 09-05-1840
37 Lucas Vu BA LOAN, Sacerdote 05-06-1840
38 Domingo TRACH (DOAI), Sacerdote O.P. 18-09-1840
39 Pablo NGUYEN NGAN, Sacerdote 08-11-1840
40 José NGUYEN DINH NGHI, Sacerdote 08-11-1840
41 Martín TA Duc THINH, Sacerdote 08-11-1840
42 Pedro KHANH, Sacerdote 12-07-1842
43 Agustín SCHOEFFLER, Sacerdote M.E.P. 01-05-1851
44 Juan Luis BONNARD, Sacerdote M.E.P. 01-05-1852
45 Felipe PHAN VAN MINH, Sacerdote 03-07-1853
46 Lorenzo NGUYEN VAN HUONG, Sacerdote 27-04-1856
47 Pablo LE BAo TINH, Sacerdote 06-04-1857
48 Domingo MAU, Sacerdote O.P. 05-11-1858
49 Pablo LE VAN Loc, Sacerdote 13-02-1859
50 Domingo CAM, Sacerdote T.O.P. 11-03-1859
51 Pedro DOAN LONG QUY, Sacerdote 31-07-1859
52 Pedro Francisco NERON, Sacerdote M.E.P. 03-11-1860
53 Tomás KHUONG, Sacerdote T.O.P. 30-01-1861
54 Juan Teofano VENARD, Sacerdote M.E.P. 02-02-1861
55 Pedro NGUYEN VAN Luu, Sacerdote 07-04-1861
56 José TUAN, Sacerdote O.P. 30-04-1861
57 Juan DOAN TRINH HOAN, Sacerdote 26-05-1861
58 Pedro ALMATO RIBERA, Sacerdote O.P. 01-11-1861
59 Pablo TONG VIET BUONG, Laico 23-10-1833
60 Andrés TRAN VAN THONG, Laico 28-11-1835
61 Francisco Javier CAN, Catequista 20-11-1837
62 Francisco DO VAN (HIEN MINH) CHIEU, Catequista 25-06-1838
63 José NGUYEN DINH UPEN, Catequista T.O.P. 03-07-1838
64 Pedro NGUYEN DicH, Laico 12-08-1838
65 Miguel NGUYEN HUY MY, Laico 12-08-1838
66 José HOANG LUONG CANH, Laico T.O.P. 05-09-1838
67 Tomás TRAN VAN THIEN, Seminarista 21-09-1838
68 Pedro TRUONG VAN DUONG, Catequista 18-12-1838
69 Pablo NGUYEN VAN MY, Catequista 18-12-1838
70 Pedro VU VAN TRUAT, Catequista 18-12-1838
71 Agustín PHAN VIET Huy, Laico 13-06-1839
72 Nicolás BUI DUC THE, Laico 13-06-1839
73 Domingo (Nicolás) DINH DAT, Laico 18-07-1839
74 Tomás NGUYEN VAN DE, Laico T.O.P. 19-12-1839
75 Francisco Javier HA THONG MAU, Catequista T.O.P. 19-12-1839
76 Agustín NGUYEN VAN MOI, Laico T.O.P. 19-12-1839
77 Domingo Bui VAN UY, Catequista T.O.P. 19-12-1839
78 Esteban NGUYEN VAN VINTI, Laico T.O.P. 19-12-1839
79 Pedro NGUYEN VAN HIEU, Catequista 28-04-1840
80 Juan Bautista DINH VAN THANH, Catequista 28-04-1840
81 Antonio NGUYEN HUU (NAM) QUYNH, Laico 10-07-1840
82 Pietro NGUYEN KHAC Tu, Catequista 10-07-1840
83 Tomás TOAN, Catequista T.O.P. 21-07-1840
84 Juan Bautista CON, Laico 08-11-1840
85 Martín THO, Laico 08-11-1840
86 Simón PHAN DAc HOA, Laico 12-12-1840
87 Inés LE THi THANH (DE), Laica 12-07-1841
88 Mateo LE VAN GAM, Laico 11-05-1847
89 José NGUYEN VAN Luu, Catequista 02-05-1854
90 Andrés NGUYEN Kim THONG (NAM THUONG), Catequista 15-07-1855
91 Miguel Ho DINH HY, Laico 22-05-1857
92 Pedro DOAN VAN VAN, Catequista 25-05-1857
93 Francisco PHAN VAN TRUNG, Laico 06-10-1858
94 Domingo PHAM THONG (AN) KHAM, Laico T.O.P. 13-01-1859
95 Lucas PHAM THONG (CAI) THIN, Laico 13-01-1859
96 José PHAM THONG (CAI) TA, Laico 13-01-1859
97 Pablo HANH, Laico 28-05-1859
98 Emanuel LE VAN PHUNG, Laico 31-07-1859
99 José LE DANG THI, Laico 24-10-1860
100 Mateo NGUYEN VAN (NGUYEN) PHUONG, Laico 26-05-1861
101 José NGUYEN DUY KHANG, Catequista T.O.P. 06-11-1861
102 José TUAN, Laico 07-01-1862
103 José TUC, Laico 01-06-1862
104 Domingo NINH, Laico 02-06-1862
105 Domingo TORI, Laico 05-06-1862
106 Lorenzo NGON, Laico 22-05-1862
107 Pallo (DONG) DUONG, Laico 03-06-1862
108 Domingo HUYEN, Laico 05-06-1862
109 Pedro DUNG, Laico 06-06-1862
110 Vicente DUONG, Laico 06-06-1862
111 Pedro THUAN, Laico 06-06-1862
112 Domingo MAO, Laico 16-06-1862
113 Domingo NGUYEN, Laico 16-06-1862
114 Domingo NHI, Laico 16-06-1862
115 Andrés TUONG, Laico 16-06-1862
116 Vicente TUONG, Laico 16-06-1862
117 Pedro DA, Laico 17-06-1862

O.P. : Orden de los Predicadores (Dominicos)
T.O.P.: Terciario de la Orden de los Predicadores
M.E.P.: Sociedad de las Misiones Extranjeras de París

Catholic.net

miércoles, 23 de noviembre de 2011

San Columbano


El celta es viajero por naturaleza: como marino o como misionero. Esto es algo que no se debe olvidar cuando se intenta seguir la «peregrinación por Dios» de San Columbano, el más grande de los monjes irlandeses.

Nacido hacia el 525 ó 530 y formado en Bangor por el riguroso San Gomball, cruzó el Canal de la Mancha con un grupo de monjes en torno al año 590. Su objetivo era la evangelización de las regiones vecinas al Mosa y al Rin. Después de haber recorrido durante catorce años el noroeste de la Galia, se afincó en Luxeuil de Borgoña.

Si se ha de hacer caso a la Regla que redactó, y aún más a su célebre Penitencial: «treinta golpes de disciplina a quien se olvide de responder amén en el coro», la vida de los seguidores de San Columbano era sumamente austera. Mas esto no apagaba en lo más mínimo la afluencia de discípulos, puesto que pronto contó Luxeuil con más de trescientos monjes.

Columbano entró entonces en conflicto con los obispos y príncipes borgoñeses (610). Quiso regresar a Irlanda, pero su navío naufragó a la salida de Nantes, y comprendió que el Señor le quería en el continente. Decidió entonces dirigirse a Roma, aun cuando no llegaría más allá de la Liguria.

Dejando en Suiza a su discípulo San Galo, el anciano abad se retiró a Bobbio, en donde fundó un nuevo monasterio. Murió en él el año 615.

Evangelio del día

martes, 22 de noviembre de 2011

Santa Cecilia


Siendo así que los documentos del siglo IV dan testimonio del culto de Inés y de otros muchos mártires romanos, ignoran el nombre de Cecilia.

Hay que esperar hasta finales del siglo V para ver cómo la «Pasión de los mártires Cecilia, Valeriano y Tiburcio» asocia el recuerdo de Cecilia a la basílica del Transtevere que lleva su nombre y al cementerio de Calixto, en el que fue depositado su cuerpo junto a la cripta de los papas.

Se pueden mantener esas dos referencias topográficas: Cecilia era una cristiana de la familia de los Caecilii, propietaria del terreno de la vía Apia en el que Calixto había aderezado el cementerio de la Iglesia romana, en torno al año 210; puso su casa del Transtevere a disposición de la comunidad cristiana.

No se puede asegurar nada más, ya que la narración del martirio de Cecilia no es sino la transposición romana de un episodio de la persecución de los vándalos en África (hacia el 488) Sea como fuere la manera en que Cecilia realizó su vocación bautismal, no resulta fácil quedar insensible ante la irradiación ejercida por dicho relato de su martirio.

La Edad Media vio en esta joven esposa, que, la misma noche de su boda, confiaba a su esposo el compromiso que había contraído de permanecer virgen por Cristo, la figura de la mujer que asume la virginidad por amor del Señor como señal del mundo futuro.

Y como, según dicha Pasión, Cecilia «cantaba en su corazón mientras resonaban los instrumentos musicales de sus nupcias», no han faltado cantores y músicos que se hayan puesto bajo su patrocinio (siglo XV).

Evangelio del día

lunes, 21 de noviembre de 2011

La Presentación de Nuestra Señora al Templo


La memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, tiene una gran importancia, porque en ella se conmemora uno de los “misterios” de la vida de quien fue elegida por Dios como Madre de su Hijo y como Madre de la Iglesia. En esta “Presentación” de María se alude también a la “presentación” de Cristo y de todos nosotros al Padre.

Por otra parte, constituye un gesto concreto de ecumenismo con nuestros hermanos de Oriente. Esto se puede apreciar en el comentario de la Liturgia de las Horas que dice: “En este día, en que se recuerda la dedicación de la iglesia de Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén en el año 543, celebramos junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la “dedicación” que María hizo de sí misma a Dios desde la infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada”.

El hecho de la presentación de María en el templo no lo narra ningún texto de la Sagrada Escritura; de él, sin embargo, hablan abundantemente y con muchos detalles algunos escritos apócrifos. María, según la promesa hecha por sus padres, fue llevada al templo a los tres años, en compañía de un gran número de niñas hebreas que llevaban antorchas encendidas, con la participación de las autoridades de Jerusalén y entre el canto de los ángeles. Para subir al templo había quince gradas, que María caminó sola a pesar de ser tan pequeña. Los apócrifos dicen también que en el templo María se nutría con un alimento especial que le llevaban los ángeles, y que ella no vivía con las otras niñas sino en el “Sancta Sanctorum”, al cual tenía acceso el Sumo Sacerdote sólo una vez al año.

La realidad de la presentación de María debió ser mucho más modesta y al mismo tiempo más gloriosa. Por medio de este servicio a Dios en el templo, María preparó su cuerpo, y sobre todo su alma, para recibir al Hijo de Dios, viviendo en sí misma la palabra de Cristo: “Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican”.

Catholic.net

domingo, 20 de noviembre de 2011

Cristo Rey del Universo

Cristo Rey del Universo
Fiesta de Cristo Rey Es una de las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz. La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey.

Con la fiesta de Cristo Rey se concluye el año litúrgico. Esta fiesta tiene un sentido escatológico pues celebramos a Cristo como Rey de todo el universo. Sabemos que el Reino de Cristo ya ha comenzado, pues se hizo presente en la tierra a partir de su venida al mundo hace casi dos mil años, pero Cristo no reinará definitivamente sobre todos los hombres hasta que vuelva al mundo con toda su gloria al final de los tiempos, en la Parusía.

En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos, y así el Reino de Dios puede hacerse presente en nuestra vida. De esta forma vamos instaurando desde ahora el Reino de Cristo en nosotros mismos y en nuestros hogares, empresas y ambiente.

Jesús nos habla de las características de su Reino a través de varias parábolas en el capítulo 13 de Mateo: «es semejante a un grano de mostaza que uno toma y arroja en su huerto y crece y se convierte en un árbol, y las aves del cielo anidan en sus ramas»; «es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda»; «es semejante a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta, y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo»; «es semejante a un mercader que busca perlas preciosas, y hallando una de gran precio, va, vende todo cuanto tiene y la compra».


La Iglesia tiene el encargo de predicar y extender el reinado de Jesucristo entre los hombres. Su predicación y extensión debe ser el centro de nuestro afán vida como miembros de la Iglesia. Se trata de lograr que Jesucristo reine en el corazón de los hombres, en el seno de los hogares, en las sociedades y en los pueblos. Con esto conseguiremos alcanzar un mundo nuevo en el que reine el amor, la paz y la justicia y la salvación eterna de todos los hombres.

Para lograr que Jesús reine en nuestra vida, en primer lugar debemos conocer a Cristo. La lectura y reflexión del Evangelio, la oración personal y los sacramentos son medios para conocerlo y de los que se reciben gracias que van abriendo nuestros corazones a su amor. Se trata de conocer a Cristo de una manera experiencial y no sólo teológica.

Acerquémonos a la Eucaristía, Dios mismo, para recibir de su abundancia. Oremos con profundidad escuchando a Cristo que nos habla. Al conocer a Cristo empezaremos a amarlo de manera espontánea, por que Él es toda bondad. Y cuando uno está enamorado se le nota. El tercer paso es imitar a Jesucristo. El amor nos llevará casi sin darnos cuenta a pensar como Cristo, querer como Cristo y a sentir como Cristo, viviendo una vida de verdadera caridad y autenticidad cristiana. Cuando imitamos a Cristo conociéndolo y amándolo, entonces podemos experimentar que el Reino de Cristo ha comenzado para nosotros.

Dedicar nuestra vida a la extensión del Reino de Cristo en la tierra es lo mejor que podemos hacer, pues Cristo nos premiará con una alegría y una paz profundas e imperturbables en todas las circunstancias de la vida. A lo largo de la historia hay innumerables testimonios de cristianos que han dado la vida por Cristo como el Rey de sus vidas.

La fiesta de Cristo Rey, al finalizar el año litúrgico es una oportunidad de imitar a estos mártires promulgando públicamente que Cristo es el Rey de nuestras vidas, el Rey de reyes, el Principio y el Fin de todo el Universo.

Evangelio del día

sábado, 19 de noviembre de 2011

Santo Profeta Abdías


Profeta Abdías

Son muy escasas las noticias que poseemos sobre Abdías, cuyo nombre hebreo Obadyah significa siervo de Yahvé.

San Jerónimo lo identifica con aquel Abdías, mayordomo de Acab, que alimentó à los cien Profetas que habían huido del furor de Jezabel (I Rey. 18,2)  Los escrituritas modernos, en su mayoría, no se adhiere a ésta opinión.

Sea lo que fuere el tiempo, en que actuó el autor de ésta pequeña pero muy impresionante profecía, debe ser anterior à los Profetas Joel, Amós y Jeremías, los cuales ya la conocían y la citaban.

Lo más probable parece que haya profetizado en Judá, alrededor de 885 A.C., cuándo Elías profetizaba en Israel.   Su único capítulo contiene dos visiones.

La primera se refiere a los Idumeos (Edomitas), un pueblo típicamente irreligioso y enemigo hereditario de los Judíos y que se unía siempre a sus perseguidores.   « Pero el día del Señor se aproxima; Dios se vengará a Sí mismo y vengará a Israel, contra los Idumeos y contra todas las naciones gentiles.

Los Israelitas, al contrario, serán bendecidos; se apoderarán del territorio de sus opresores, y luego Jehová reinará glorioso y para siempre en Sión « ( Fillión)  A  ésta restauración de Israel se refiere a la segunda parte de la profecía.

Evangelio del día

viernes, 18 de noviembre de 2011

Dedicación de las basílicas de San Pedro y San Pablo

Basílica de San Pedro
Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. La primera de ellas fue edificada por el emperador Constantino sobre el sepulcro de san Pedro en la colina del Vaticano, y al deteriorarse por el paso de los años fue reconstruida con mayor amplitud y de nuevo consagrada en este mismo día de su aniversario.

Basílica de San Pablo
La otra, edificada por los emperadores Teodosio y Valentiniano en la vía Ostiense, después de quedar aniquilada por un lamentable incendio fue reedificada en su totalidad y dedicada el diez de diciembre.

Con su común conmemoración se quiere significar, de algún modo, la fraternidad de los apóstoles y la unidad en Iglesia (1626; 1854).

Santopedia

jueves, 17 de noviembre de 2011

Santa Isabel de Hungría


A los cuatro años había sido prometida en matrimonio, se casó a los catorce, fue madre a los quince y enviudó a los veinte. Isabel, princesa de Hungría y duquesa de Turingia, concluyó su vida terrena a los 24 años de edad, el I de noviembre de 1231. Cuatro años después el Papa Gregorio IX la elevaba a los altares. Vistas así, a vuelo de pájaro, las etapas de su vida parecen una fábula, pero si miramos más allá, descubrimos en esta santa las auténticas maravillas de la gracia y de las virtudes.

Su padre, el rey Andrés II de Hungría, primo del emperador de Alemania, la había prometido por esposa a Luis, hijo de los duques de Turingia, cuando sólo tenia 11 años. A pesar de que el matrimonio fue arreglado por los padres, fue un matrimonio vivido en el amor y una feliz conjunción entre la ascética cristiana y la felicidad humana, entre la diadema real y la aureola de santidad. La joven duquesa, con su austeridad característica, despertando el enojo de la suegra y de la cuñada al no querer acudir a la Iglesia adornada con los preciosos collares de su rango: “¿Cómo podría—dijo cándidamente—llevar una corona tan preciosa ante un Rey coronado de espinas?”. Sólo su esposo, tiernamente enamorado de ella, quiso demostrarse digno de una criatura tan bella en el rostro y en el alma y tomó por lema en su escudo, tres palabras que expresaron de modo concreto el programa de su vida pública: “Piedad, Pureza, Justicia”.

Juntos crecieron en la recíproca donación, animados y apoyados por la convicción de que su amor y la felicidad que resultaba de él eran un don sacramental: “Si yo amo tanto a una criatura mortal—le confiaba la joven duquesa a una de sus sirvientes y amiga—, ¿cómo debería amar al Señor inmortal, dueño de mi alma?”.

A los quince años Isabel tuvo a su primogénito, a los 17 una niña y a los 20 otra niña, cuando apenas hacía tres semanas había perdido a su esposo, muerto en una cruzada a la que se había unido con entusiasmo juvenil. Cuando quedó viuda, estallaron las animosidades reprimidas de sus cuñados que no soportaban su generosidad para con los pobres. Privada también de sus hijos, fue expulsada del castillo de Wartemburg. A partir de entonces pudo vivir totalmente el ideal franciscano de pobreza en la Tercera Orden, para dedicarse, en total obediencia a las directrices de un rígido e intransigente confesor, a las actividades asistenciales hasta su muerte, en 1231.

Catholic.net

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Santa Margarita de Escocia


Reina de Escocia, nació por el 1045 en Hungría, de estirpe regia, tanto por parte del padre como de la madre. Descendiente también de santos. Ella une las sangres reales de Hungría, Inglaterra y Escocia.

Era de naturaleza bondadosa, inteligente, caritativa y piadosa. Una nota resaltaba, sobre todo: su gran caridad para con los necesitados. Era muy observadora y trataba de seguir el consejo de San Pablo "examinar todas las cosas y quedarse con lo bueno". A su alrededor ciertamente que hubo mucho de bueno, pero tampoco le faltaron pruebas y dificultades. La divina Providencia dirigió siempre sus pasos.

Fue hija del príncipe Eduardo de Ultramar y de Agueda que era nieta, esposa y madre de reyes. Sus padres, muy buenos cristianos, la educaron según correspondía a su estirpe regia y en los principios de la doctrina de Jesucristo. Siendo muy niña todavía -quizá por el 1055- pasó a Inglaterra, en cuya corte continuó recibiendo la misma esmerada educación, ya que aquellos reyes eran igualmente ejemplares y cristianos. Era rey de Inglaterra su santo tío Eduardo, llamado "el Confesor", que murió el 1066. Poco antes murió su mismo padre el príncipe Eduardo de Ultramar.

La pobre Margarita debe sufrir enormemente ante estas pérdidas de seres tan queridos. La Providencia va madurando su espíritu para cuando lleguen pruebas más fuertes todavía.

Apenas es coronado como rey de Inglaterra su hermano Edgardo, sobrevino sobre Inglaterra la invasión del normando Guillermo el Conquistador que destronó al joven rey. La familia real, sufre toda clase de vejaciones. La madre, Agueda, toma a sus tres hijos: Edgardo, Margarita y Cristina, y huye en una embarcación hacia el Continente. No sabemos si fueron empujados por una tormenta.

Lo cierto es que dieron con las costas de Escocia y pidieron ayuda al monarca Malcom III, rey de Escocia. Todo fue guiado por la divina Providencia, ya que ésta fue la ocasión de que el rey quedase prendado de la bondad y belleza de la princesa Margarita y la pidió por esposa y reina. El breviario Romano decía "que el rey Malcom III quedó prendado por las egregias dotes de Margarita". Margarita por su parte no puso resistencia ya que veía que el rey era un buen cristiano y gozaba de muy buena fama.

Margarita, una vez constituida reina de Escocia, se entregó de lleno al gobierno del palacio, y a la educación de sus seis hijos que le concedió el Señor. Amó tiernamente a su esposo y fue siempre su brazo derecho. El rey sabía muy bien manejar el acero de las espadas y los jinetes, pero apenas sabía nada de letras ni tenía cultura alguna. Por ello acudía a la reina para que fuera ella quien dirigiera los destinos intrincados de la nación. El rey la amó tiernamente, y, como buen cristiano, le fue siempre fiel y cumplidor de cuanto mandaba la ley de Jesucristo.

El palacio de Dunfermline parecía más bien un monasterio que un palacio o, mejor, un hospital a causa de enfermos e inválidos, ya que todos tenían allí cabida. Margarita supo educar tan bien a sus hijos que la mayor parte eligieron el camino de la perfección evangélica. Cosa que hizo también su misma madre y su hermana Cristina. Margarita presidió Concilios y asambleas cristianas. Fundó Iglesias y dotó de pingües dotes muchas fundaciones caritativas. Por todas partes extendía el bien sin distinción de personas...

La dura prueba que le faltaba iba a llegar. Su esposo y su hijo Eduardo, el primogénito, fueron asesinados vilmente por un enemigo inglés.

Margarita lloró la desgracia pero besó la mano de Dios que así la probaba. Llena de méritos moría el 16 de noviembre de 1093.

Evangelio del día

martes, 15 de noviembre de 2011

San Alberto Magno


Durante los años 1245 a 1248, un dominico bávaro que había cursado sus estudios en Padua, el Maestro Alberto de Lavingen, enseñaba en París en el Monte de Santa Genoveva, siendo el más entusiasta de sus seguidores un joven Hermano de su propia Orden, Tomás de Aquino, nacido al pie de Monte Casino.

El espíritu universal de Alberto franqueaba a la juventud estudiantil, llegada de todos los países, un mundo nuevo: el de la física de Aristóteles, ilustrada por sus intérpretes judíos y árabes. El profesor parisino pasaría después a Colonia, a donde le siguió Tomás.

Más tarde se le acumularon los cargos. Siendo Provincial de Teutonia (1254), entró en discusión, junto al franciscano Buenaventura, para la defensa del derecho de las Ordenes Mendicantes a enseñar en las Universidades.

En 1260, fue designado como obispo de Ratisbona, pero al cabo de dos años se desligó de un cargo para el que no se sentía capacitado. Volvió a sus estudios, residiendo sucesivamente en Wurzburgo, Estrasburgo y Colonia. Moriría en esta última ciudad en 1280. Se cree que contaba por entonces setenta y cuatro años.

San Alberto Magno supo «conciliar sabiduría humana y fe divina», tanto en la investigación como en la enseñanza. Por eso sigue siendo un maestro para cuantos quieran aprender «por medio del progreso de las ciencias» a «conocer mejor al Señor y amarle más»

Evangelio del día

lunes, 14 de noviembre de 2011

San José Pignatelli


Nació en Zaragoza, el 27 de Diciembre del año 1737. Su padre D. Antonio, de la familia de los duques de Monteleón, y su madre Doña María Francisca Moncayo Fernández de Heredia y Blanes. Fue el séptimo de nueve hermanos. Pasa la niñez en Nápoles y su hermana María Francisca es, a la vez que hermana, madre, puesto que perdió la suya cuando tenía José cuatro años.

Se forma entre Zaragoza, Tarragona, Calatayud y Manresa, primero en el colegio de los jesuitas y luego haciendo el noviciado, estudiando filosofía y cursando humanidades. Reside en Zaragoza, ejerciendo el ministerio sacerdotal entre enseñanza y visitas a pobres y encarcelados, todo el tiempo hasta que los jesuitas son expulsados por decreto de Carlos III, en 1767.

Civitacecchia, Córcega, Génova, los veinticuatro años transcurridos en Bolonia (1773-1797) dan testimonio del hombre que les pisó, sabiendo adoptar actitudes de altura humana con los hombres, y de confianza sobrenatural con Dios.

La Orden de San Ignacio ha sido abolida en 1773, sus miembros condenados al destierro y sus bienes confiscados. El último General, Lorenzo Ricci, consume su vida en la prisión del castillo de Sant’Angelo. Sólo quedan jesuitas con reconocimiento en Prusia y Rusia. Allí tanto Federico como Catalina han soportado las maniobras exteriores y no han publicado los edictos papales, aunque la resistencia de Federico no se prolongará más allá del año 1776. Queda como último reducto la Compañía de Rusia con un reconocimiento verbal primero por parte del Papa Pío VI y oficial después con documento del Papa Pío VII. José de Pignatelli comprende que la restauración legal de la Compañía de Jesús ha de pasar por la adhesión a la Compañía de Rusia. Renueva su profesión religiosa en su capilla privada de Bolonia.

No verá el día en que el Papa Pío VII restaure nuevamente la Compañía de Jesús en toda la Iglesia, el día 7 de Agosto de 1814, pero preparará bien el terreno para que esto sea posible en Roma, en Nápoles, en Sicilia. Formará a nuevos candidatos, reorganizará a antiguos jesuitas españoles e italianos dispersos y buscará nuevas vocaciones que forzosamente han de adherirse, como él mismo, a la Compañía de Rusia. Esta labor la realizará mientras es consejero del duque de Parma, don Fernando de Borbón nieto de Felipe V, y como provincial de Italia por nombramiento del vicario general de Rusia Blanca.

En este esfuerzo colosal, muere en Roma el 15 de Noviembre de 1811, en el alfoz del Coliseo.

Estuvo convencido el santo aragonés de que, si el restablecimiento de su Orden era cosa de Dios, tenía que pasar por el camino de la tribulación, del fracaso, de la humillación, de la cruz, de la vida interior que no se presupone sin humildad, sin confianza.

Santopedia.com

domingo, 13 de noviembre de 2011

San Diego de Alcalá


Diego de Alcalá nació en San Nicolás del Puerto, Sevilla, hacia el año 1400.

Desde muy joven abrazó la vida eremítica, dedicándose por entero a la oración y al trabajo.

Posteriormente ingresó en la Orden franciscana, como hermano lego, y desempeñó con toda humildad los oficios más sencillos.

En 1441 partió como misionero a las Islas Canarias y en 1450 se trasladó a Roma, donde con su oración curó a muchos enfermos de peste. Finalmente regresó a España.

Falleció el 12 de noviembre de 1463 en Alcalá de Henares, donde se veneran sus reliquias.

Santopedia

sábado, 12 de noviembre de 2011

San Josafat Kuncewycz


La unión sellada en el Concilio de Florencia (1439) entre las Iglesias de Roma y Constantinopla careció de continuidad. Con todo, se mantuvieron en la región de Kiev algunos fermentos de unión. De ahí que, en 1595, varios obispos proclamasen en el Concilio provincial de Brest-Litovsk el restablecimiento de la unidad la Iglesia ucraniana.

Unida había de asegurar, a partir de entonces, la presencia del mundo eslavo dentro de la unidad católica. Lo ha hecho al precio de no pocos sufrimientos. La primera sangre vertida fue la de San Josafat Kuncewycz, Juan Kuncewycz, nacido dentro de la ortodoxia hacia el año 1580 en Wolodymyr (Ukrania), se adhirió a la Unión desde su juventud.

En 1604 se hizo monje basiliano en Vilna, siendo más tarde ordenado como sacerdote. Este hombre de carácter, una vez llegado archimandrita con el nombre de Josafat, se impuso por su elevada virtud, por su ciencia teológica, por el vigor de su oratoria v por su adhesión a la Sede de Roma. En 1617, pasó a ser arzobispo de Polotz, y su personalidad pudo mostrar la magnitud de su talla.

No contento con reunir sínodos cada año, visitaba a cada uno de sus sacerdotes, atendiendo a que se celebrase la liturgia con el esplendor requerido y a que se instruyese al pueblo en la fe. Ante el éxito de su acción apostólica, se desencadenó contra él una campaña de calumnias y de incitaciones a la violencia.

Josafat aguardaba con serenidad el martirio. Fue ejecutado en Vitebsk durante una de sus visitas pastorales (1623).

Evangelio del día

viernes, 11 de noviembre de 2011

San Martín de Tours


El influjo de San Martín fue decisivo para la evangelización de la zona de Francia que se extiende al sur del Loira: Toulouse, Poitou, Saintonge, Auvernia y Berry, y aun para la de París.

Sin duda que la fe en Jesucristo había avanzado por las vías romanas desde los tiempos de San Ireneo (finales del siglo II), pero el cristianismo apenas si había alcanzado más que a las ciudades, cuando Martín, un soldado húngaro convertido, se une a la escuela de San Hilario (339) y funda en Ligugé, cerca de Poitiers, el primer monasterio de todo Occidente (360).

Martín había de ser el apóstol de la campiña galo-romana. Antes de recibir el bautismo, había compartido ya sus vestiduras con un mendigo en Amiens; una vez convertido al cristianismo, no le fue posible quedar indiferente ante la pobreza esencial de los campesinos, a quienes nadie había hablado todavía de Cristo. Consagrado obispo de Tours (372), reunió de nuevo en torno a sí a algunos compañeros deseosos de vivir como hombres de oración, aun cuando quiso convertir a sus monjes en misioneros.

El monasterio de Marmoutiers, a la entrada de Tours, se convirtió en un verdadero centro de evangelización. El obispo daba, por lo demás, ejemplo por sí mismo, siempre itinerante anunciando el evangelio, arrancando los árboles sagrados y destruyendo los ídolos. Murió en Candes, no lejos de Tours el 397, su culto se extendió por toda la Galia desde el siglo V.

Evangelio del día

jueves, 10 de noviembre de 2011

San León Magno

San León I, elegido obispo de Roma en el año 440 y muerto el 461, fue un Papa de momentos de crisis. Tenía un espíritu suficientemente magnánimo como para hacerles frente. Resistió con igual energía e inteligencia el peligro de las invasiones de los bárbaros como el de la herejía monofisita, que ponía en peligro la fe de la Iglesia en el misterio de la Encarnación.

Si bien acertó a alejar la amenaza de Atila que pesaba sobre Italia (452), hubo de asistir, sin embargo, tres años más tarde, al saqueo de Roma por los vándalos (455). Ahora bien, en el momento en que tenía que atender a las necesidades materiales de su pueblo, había de formular también la fe recibida de los Apóstoles con respecto a la persona de Jesús.

El Concilio de Calcedonia ratificó por aclamación su doctrina: «Pedro ha hablado por boca de León», exclamaron los Padres (451). Pero la fe no es una pura especulación. De ahí que San León recuerde a su pueblo, a lo largo del año, las consecuencias que supuso para la vida del cristiano la Encarnación: «Reconoce, cristiano, tu dignidad.

Recuerda de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro». Es admirable que unas oraciones litúrgicas, unos sermones y cartas compuestos en medio de tantas dificultades resuman tal serenidad.

El secreto de semejante paz y dominio hay que buscarlo en el amor y la fe que animaban a León Magno: fe en Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, y amor a Aquel que es Hijo de Dios e hijo de María; fe en sus promesas, cuya depositaria es la Iglesia en la persona del sucesor de Pedro, y amor hacia esa misma Iglesia, que sigue siendo gobernada por la segura mano de Pedro.

Evangelio del día

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Dedicación de la Basílica de Letrán

Basílica de Letrán/Foto: Santi e Beati
La basílica de Letrán es la catedral del Papa como obispo de Roma. Fue erigida por el emperador Constantino, hacia el año 330, durante aquellos pocos años de euforia que conoció la Iglesia al salir de la gran persecución, antes de padecer los embates del arrianismo, que negaba la divinidad de Jesucristo.

Se vieron entonces surgir por todos los pueblos iglesias, hacia las que convergían gozosas las muchedumbres para celebrar su dedicación. La basílica de Letrán vio desarrollarse, a lo largo de dieciséis siglos, muchos acontecimientos.

Ante todo, conviene recordar aquellas noches pascuales de los siglos IV y V, cuando los romanos se fueron agregando por millares al cuerpo de Cristo, recibiendo el bautismo y la confirmación en el baptisterio, y celebrando la Eucaristía pascual en la basílica.Hoy día, el Papa celebra en Letrán la misa de la tarde del jueves santo, en el transcurso de la cual renueva el gesto de Cristo de lavar los pies a sus discípulos.

El sucesor de Pedro es, al mismo tiempo, obispo de Roma y obispo de la Iglesia católica. Ambos ministerios son inseparables. Por esta razón, todas las Iglesias de rito romano diseminadas a través del mundo tienen como cosa propia el celebrar el misterio de la única Iglesia de Cristo en la fiesta de la dedicación de la catedral de Roma.

Evangelio del día

martes, 8 de noviembre de 2011

San Godofredo de Amiens

Etimológicamente significa “paz de Dios”. Viene de la lengua alemana.

En junio de 2002 se habla mucho de la Convención Europea como una forma de llegar a su propia identidad, teniendo en cuenta las raíces de su pasado...Hay que tener confianza en los valores de la solidaridad, la subsidiaridad y la transparencia...La libertad religiosa debe ser reconocida a nivel de la Comunidad Europea.

Vino al mundo en el año 1066 en Soissons y murió aquí mismo en 1115.

De joven vio que su vocación se inclinaba por ser monje. A los 30 vivía muy feliz como un sencillo religioso en la abadía de Mont-Martin.

En pocos años supo darle prosperidad a la abadía y a todos los alrededores.

Cuando el arzobispo se enteró de quién era este monje, le ofreció que se hiciera cargo de la abadía de san Remigio, la más importante de su diócesis.

Godofredo le contestó diciéndole que no quería. De hacerlo, sería como un hombre que deja a su mujer para irse con otra más guapa.

No obstante, se pensó el tema de la obediencia y, al final, aceptó no ser abad sino obispo de Amiens.

Proveniente de una vida monacal, forjada en la austeridad, empezó por reformar al clero que estaba sumido en la simonía y no administraba los sacramentos. Una gran degradación moral y religiosa.

Y no solamente quiso reformar al clero, sino que también se puso duro con los señores que acampaban por sus fueros.

Estos últimos se unieron para hacerle la vida imposible. Se encontró de pronto sin amigos.

Por eso, una noche salió huyendo a la Cartuja para esconderse y vivir en paz.

Lo encontraron y le obligaron a volver a la diócesis. Pero estaba ya extenuado de fuerzas y murió poco después en la abadía de San Crispín de Soissons.

Catholic.net

domingo, 6 de noviembre de 2011

San Leonardo de Noblac


Es uno de los santos más populares de Europa central. En efecto; dice un estudioso que en su honor se erigieron no menos de seiscientas iglesias y capillas, y su nombre aparece frecuentemente en la toponomástica y en el folclor.

El mismo estudioso añade que él «despertó una devoción particular en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta el príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero por los infieles en 1100, atribuyó su liberación en 1103 al santo, y, de regreso a Europa, donó al santuario de Saint-Léonard-de-Noblac, como ex voto, unas cadenas de plata parecidas a las que él había llevado durante su cautiverio». San Leonardo de Noblac (o de Limoges) es un santo «descubierto» a principios del siglo XI, y a ese período remontan las primeras biografías, que después inspiraron el culto hacia él.

Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador Anastasio, es decir, entre el 491 y el 518. Como sus padres, a más de nobles, eran amigos de Clodoveo, el gran jefe de los Francos, éste quiso servir de padrino en el bautismo del niño. Cuando ya era joven, Leonardo no quiso seguir la carrera de las armas y prefirió ponerse al servicio de San Remigio, que era obispo de Reims. Como San Remigio, sirviéndose de la amistad con el rey, había obtenido el privilegio de poder conceder la libertad a todos los prisioneros que encontrara, también Leonardo pidió y obtuvo un poder semejante, que ejerció muchas veces.

El rey quiso concederle algo más: la dignidad episcopal. Pero Leonardo, que no aspiraba a glorias humanas, prefirió retirarse primero a San Maximino en Micy, y después a un lugar cercano a Limoges, en el centro de un bosque llamado Pavum. Un día su soledad se vio interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento le vinieron los dolores del parto.

Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio que pudiera recorrer a lomo de un burro. Alrededor del oratorio en honor de María Santísima habría surgido una nueva ciudad.

Evangelio del día

El Buen Pastor

Mis ovejas oyen mi voz, Yo las conozco, y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna; ellas jamás han de perecer, y nadie las robará de mi mano. Mi Padre, que me las dio, es mayor de todas las cosas; y nadie me las puede arrebatar de la madre de mi Padre. Yo y mi Padre somos uno (Juan 10, 27-30).



La sabiduría infinita del Hombre-Dios usó de metáforas para hacerse entender mejor por los hombres. La propia naturaleza de Judea facilitaba el uso de esta simbología usada por el Divino Maestro. La tierra en aquellas regiones no era fértil, debido a sus considerables trechos pedregosos y un tanto áridos. El pastoreo allí se adaptaba más comodamente que la agricultura y, de esta manera, exigía al rebaño un buen número de desplazamientos. Esta situación redundaba en la necesidad de vigilancia y atención más esmerada por parte del pastor.

La vida del pastor nos lleva a considerar su amor, gobernando sin decretos y atendiendo todas las conveniencias y necesidades de sus ovejas. Él sabe entretenerlas, defenderlas, ampararlas, llevarlas a pastar y hasta agradarlas con sus cantos o con las melodías de su flauta.

"Él llama a sus ovejas una a una por sus nombres" (Juan 10, 3).
Santo Tomás de Aquino destaca la gran familiaridad existente en esta relación, porque llamarlas por el nombre significa tener íntima amistad. Cristo conoce la naturaleza y el ser de cada una de sus ovejas.

Por otro lado, las ovejas siguen el Pastor. Por su gracia, conocen las maravillas que están en Él, su su doctrina dotada de potencia, su vida, su misericordia, su sabiduría, en una palabra, su humanidad y divinidad. Y por eso, al oir su voz, ellas lo siguen, como Saulo en el camino de Damasco (Hechos 9, 5-9) o como Magdalena al ser llamada por su nombre, junto al sepulcro del Señor (Juan 20, 16).

Así como otrora Jesús, el Buen Pastor, procuró atraer todos para su rebaño, su voz continúa hoy resonando en los corazones, apelando para que nos dejemos pastorear por Él.

(*) Fundador y Presidente General de los Heraldos del Evangelio

viernes, 4 de noviembre de 2011

San Carlos Borromeo


Nacido en 1538 en la ribera del Lago Mayor (Lombardía), fue llamado a Roma en 1558 por su tío el Papa Pío IV, que le confió el gobierno de los negocios eclesiásticos, nombrándole cardenal. A sus veintidós años, Borromeo se convertía en el primer Secretario de Estado en el sentido moderno de la función.

Como tal trabajó con denuedo por llevar a buen fin las últimas sesiones del Concilio de Trento (1562-1563). Al morir Pío IV (1565), Carlos Borromeo pasó a Milán, de donde había sido nombrado arzobispo dos años antes. El joven prelado no tuvo en adelante otro anhelo que hacer poner en práctica en su Iglesia las prescripciones del Concilio.

El cardenal Borromeo realizó plenamente el modelo de obispo postulado por el Concilio de Trento: reformador del clero por medio de sínodos y con la fundación de los primeros seminarios, restaurador de las costumbres del pueblo con sus visitas pastorales, que se extendían hasta los valles suizos, creador de múltiples obras sociales, padre de la ciudad hasta llegar a ofrecer su propia vida por ella con ocasión de la peste de 1576, vivo ejemplo de hombre evangélico...

Si es cierto que resultaba de austera apariencia y de mano a veces dura era porque primero se exigía a si mismo. Es comprensible que Milán le haya concedido un puesto de privilegio junto a San Ambrosio entre sus padres en la fe.

Pero el influjo de San Carlos superó las fronteras de Lombardía: todos los obispos reformadores trataron de reproducir el modelo de su acción pastoral. Murió en 1584.

Evangelio del día

jueves, 3 de noviembre de 2011

San Martín de Porres


San Martín de Porres es muy popular en toda América. No sólo ejerce el atractivo que han ejercido siempre los sencillos cuando el Señor ha querido glorificarlos, sino que su misma persona constituye todo un símbolo.

Nacido en Lima (Perú) como hijo natural de un caballero español y de una mulata en 1579, representa entre los santos a los «coloured men» del Nuevo Mundo, a ese pueblo de gentes de color que se ven dolorosamente humillados por su condición de negros.

Era Martín enfermero cuando entró como terciario laico en el convento de Dominicos de Lima, en el que fue recibido a la profesión (1603) siguió ejerciendo su profesión dentro del convento para con sus hermanos. El cuidado que ponía por los enfermos se extendía aun a los animales: perros, gatos, pavos, y aun ratones, eran objeto de su solicitud. A Martín le agradaba el ayuno y la oración: sobre todo el orar de noche, a ejemplo de Jesús. En la oración obtenía grandes luces que hacían maravillosas sus lecciones de catecismo.

Su vida entera, oculta y radiante a un mismo tiempo se desarrolló dentro de un mundo lleno de ángeles y demonios en el que Martín conservó siempre una perfecta serenidad. Murió en 1639

Evangelio del día

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Conmemoración de todos los fieles difuntos

La Virgen del Carmen librando las
almas del 
purgatorio
La solemnidad de Todos los Santos no podía por menos de provocar el recuerdo de los Fieles difuntos, presentes todos los días en la oración de la Iglesia. La fecha del 2 de noviembre se fijó a comienzos del siglo Xl. La súplica por los difuntos pertenece a la más antigua tradición cristiana, lo mismo que la ofrenda del sacrificio eucarístico para que «brille sobre ellos la luz eterna».

En todas las misas, la Iglesia pide, por supuesto, por «cuantos descansan en Cristo», pero también extiende su súplica en favor de «todos los muertos cuya fe sólo el Señor conoce» y por «cuantos murieron en su amistad» Al orar por todos los que han abandonado este mundo, pedimos también a Dios «que, al confesar la resurrección de Jesucristo, su Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos sus hijos resucitarán» Si creemos que «todos volverán a la vida es porque Jesús nos dijo: «Yo soy la resurrección y la vida, y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» Afirmamos, por fin, en nuestra oración, que Jesús es el lazo de unión con nuestros hermanos difuntos: «a Él nos unimos por la celebración del memorial de su amor» en especial en la celebración del «misterio pascual», con la comunión en su cuerpo y sangre.

Evangelio del día

martes, 1 de noviembre de 2011

Fiesta de todos los Santos




La fiesta de hoy se dedica a lo que san Juan describe como «una gran muchedumbre que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus y lenguas»; los que gozan de Dios, canonizados o no, desconocidos las más de las veces por nosotros, pero individualmente amados y redimidos por Dios, que conoce a cada uno de sus hijos por su nombre y su afán de perfección.

Hay quien pone reparos a éste o aquél, reduce el número de las legiones de mártires, supone un origen fabuloso para tal o cual figura venerada. La Iglesia puede permitirse esos lujos, un solo santo en la tierra bastaría para llenar de gozo al universo entero, y hay carretadas.

¡Aquellos veinticuatro carros repletos de huesos de mártires que Bonifacio IV hace trasladar al Panteón del paganismo para fundarlo de nuevo sobre cimientos de santidad! Montones, carretadas de santos, sobreabundancia de cristianos de quienes ni siquiera por aproximación conocemos el número, para los que faltan días en el calendario.

Por eso hoy se aglomeran en la gran fiesta común. Los humanamente ilustres, Pedro, Pablo, Agustín, Jerónimo, Francisco, Domingo, Tomás, Ignacio, y los oscuros: el enfermo, el niño, la madre de familia, un oficinista, un albañil, la monjita que nadie recuerda, gente que en vida parecía tan gris, tan irreconocible, tan poco llamativa, la gente vulgar y buena de todos los tiempos y todos los lugares.

Cualquiera que en cualquier momento y situación supo ser fiel sin que a su alrededor se enterara casi nadie, cualquiera sobre quien, al morir, alguien quizá comentó en una frase convencional: Era un santo. Y no sabíamos que se había dicho con tanta propiedad. Cristianos anónimos que a su manera, a escala humana, se parecían a Cristo.

La solemnidad de Todos los Santos nació en el siglo Vlll entre los celtas la Iglesia nos propone esta Visión de gloria al comienzo del invierno, para invitarnos a vivir en la esperanza de una primavera, más allá de la muerte. Quiere también que caigamos en la cuenta de nuestra solidaridad con cuantos han pasado al mundo invisible.

Festejamos con alegría a los Santos, pues creemos «que gozan de la gloria de la inmortalidad», en donde interceden por nosotros. Cada Santo vive intensamente la visión de Dios y su amor, mas su conjunto forma una ciudad, «la Jerusalén celeste», un Reino abierto a cuantos vivan de acuerdo con las Bienaventuranzas. Son la Iglesia del cielo.

La Gloria de los «Santos, nuestros hermanos», procede de Dios, cuya imagen reproduce cada uno de ellos de una manera única. Por consiguiente, al venerarlos, proclamamos a Dios «admirable y solo Santo entre todos los Santos». Todos fueron salvados por Cristo, todos nacieron de su costado abierto. Este es el motivo por el que el lugar por excelencia de comunión con los Santos es la Eucaristía.

En ella les santificó el Señor Jesús con la plenitud de su amor»; en ella podemos también nosotros suplicarle con humildad a Dios que nos haga pasar «de esta mesa de la Iglesia peregrina al banquete del Reino de los cielos».

Evangelio del día

Intenciones de Oración del Papa para el mes de Noviembre


Ciudad del Vaticano.- La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de noviembre es: "Por las Iglesias católicas orientales, para que su venerable tradición sea reconocida y estimada como riqueza espiritual por toda la Iglesia". 

 Su intención misionera es: "Para que el continente africano encuentre en Cristo la fuerza para realizar el camino de reconciliación y justicia señalado por el segundo Sínodo de los Obispos de Africa". 

 VIS

La misión de los Heraldos del Evangelio

Visitantes Online

Nuestros visitantes

Albania – Alemania – Andorra – Angola – Arabia Saudí – Argentina – Aruba – Antillas Holandesas – Australia – Austria – Benin – Bélgica – Bolivia – Bosnia y Hercegovina – Brasil – Bulgaria – Canadá – Chile – China – Colombia – Corea del Sur – Costa de Marfil – Costa Rica – Croacia – Cuba – Dinamarca – Ecuador – Egipto – El Salvador – Emiratos Árabes Unidos – Eslovaquia – Eslovenia – España – Estados Unidos – Estonia – Filipinas – Finlandia – Francia – Georgia – Ghana – Grecia – Guan – Guatemala – Guyana Francesa – Haití – Holanda – Honduras – Hong Kong – Hungría – India – Indonesia – Irán – Irlanda – Islas Fiyi – Islas Vírgenes – Israel – Italia – Jamaica – Japón – Kenia – Kuwait – Letonia – Líbano – Lituania – Luxemburgo – Malasia – Malta – Marruecos – Mauricio – México – Mónaco – Mongolia – Nicaragua – Nigeria – Noruega – Nueva Zelanda – Omán – Pakistan – Panamá – Paraguay – Perú – Polonia – Portugal – Puerto Rico – Qatar – Reino Unido – República Checa – República Dominicana – Rumania – Rusia – Singapur – Sri Lanka – Serbia – Siria – Suecia – Suiza – Taiwán – Tailandia – Tanzania – Trinidad y Tobago – Turquía – Ucrania – Uganda – Uruguay – Vaticano – Venezuela – Vietnam

Tags Etiquetas

#Consagración #VirgenMaría #HeraldosDelEvangelioMéxico​ #CaballerosDeLaVirgenMéxico abad abidias adan africa alba alcala alegria aleijadinho alejandra alejandria alejandro alemania alepo almudena ambrosio america ana ancianos desanparados ancona andres angel de la guardia angeles angeles custodios angelus antiguo testamento Antioquía año jubilar aparecida apariciones apostoles arautos arautos do evangelho arcangeles arzobispo asia asis auxilio de los cristianos avila barcelona bari basilica bautismo beata beato beatriz belen benedicto XVI bergoglio bernadita bibiana biblia bosco brasil brigida buen consejo caballeros de la virgen caminata caridad carlos carmcarelitas carmelitas carmelo catarina catedral de madri catedral de toledo catholicnet catolica catolicos cecilia chacabuco chile chilenos cla claudia colegio coliseu colonia comunicación concepcion conclave constantino convento da luz conversión copa cova da iria cristiano cristianos cristo cuaresma cuba custodios damaso daniel david descalza descalzos dia de jose dias diego difuntos discipulos discipulos misioneros divina misericordia doctora de la iglesia dolores domingo domingo de ramos dominicos don bosco dones del espiritu santo edmundo egipto ermitaña escocia escola españa espirito espirito santo ester eva evangelio exorcismo ezequiel facebook familia fatima Fátima fe felix Fiesta de Corpus Christ fiesta de san fermin francia franciscano francisco francisco I francisco martos francisco y jacinta fundador fundadora gabriel gaudium gaudium press genazzano genesis goa google guadalajara guadalupe guaratingueta habito religioso heraldos heraldos de la palabra heraldos del evangelio heraldos españa heraldos madrid hermana lucia herodes holanda hombres hungria iglesi catolica iglesia iglesia catolica imaculada concepcion imagen de la virgen del carmen imperatiz india inglaterra inmaculada inocentes intenciones irlanda isabel italia jacinta jacinta martos jao cla javier jeremias jeronimo jerusalem jesucristo jesuita jesus jmj joao joao cla João cla joão clá joaquim jorge josafat jose jovenes juan juan de austria juan de la cruz juan pablo II karolina kozkowna laboure lagrimas laura lelis leon leonardo lepanto lerida letran liberio lo vasquez lorena loreto los andes los heraldos los heraldos del evangelio lourdes lucia macabeos madre madre carmen rendiles madrid magno manuel maria marruecos marta martin martina martir martires mayo medalla milagrosa mejico mensajeros del evangelio mercedarios milagro del sol milan mision joven mision mariana Misión Mariana Misioneros misiones misiones marianas mistica monasterio monseñor monseñor joao cla dias mont montfort musica nacimiento navarra navidad nazaret nicolau niño dios niño jesus noblac noticias noviembre obispo octubre ojos oración orionitas ovejas pablo pablo vi padre joao padre pio padres Padres Heraldos padroeiro do brasil palau papa papa francisco papa. santo padre paraguay pastor pastoral juvenil Pastozitos patrona de chile patrono paula penitencia Perpetuo Socorro peru pietrelcina pio v plinio pobres pontifice porres portugal portugual presebre presentacion profeta purgatorio raquel redentoristas reina religiosa renuncia ricardo ezzati rio de janeiro roma rosario sagrada familia sagrado sagrado corazón salesianos san san antonio san augustin san benito san francisco san jose san juan diego san pablo san pedro san rodrigo santa santa casa santa cruz santa ester santa rita de casia santa rosa de lima santiago santiago de chile santo santo domingo santo padre santos santuario sara semana santa señora del rosario septiembre siracusa siria Soissons sorbona tarragona templo toledo traslacion turquia ucrania valencia valeriano vaticano vatucano vedra venezuela victor vida monastica viernes santo virgen Virgen de Fátima virgen de guadalupe virgen de lo vasquez virgen de lourdes virgen del carmen virgen del cobre virgen del rosario virgen maria vitalidad de la iglesia yepes yolanda zebedeu