Ciudad del Vaticano, 27 jul 08.- Benedicto XVI ha dirigido esta mañana el tradicional rezo del Ángelus desde el balcón del palacio Apostólico de Castel Gandolfo, localidad en la que se encuentra para pasar unos días de reposo tras el reciente viaje a Sydney, Australia, en el marco de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud. Precisamente éste ha sido el argumento de su alocución previa al rezo mariano, recordando “esa extraordinaria experiencia” que según ha explicado el Pontífice le ha permitido “ver el rostro joven de la Iglesia. Era como un mosaico multicolor, formado por chicos y chicas provenientes de todos los rincones de la tierra, todos reunidos por la única fe en Jesucristo”
El Santo Padre ha recordado la expresión que la gente utilizaba para denominar a quienes participaron en esta jornada: “jóvenes peregrinos del mundo”, recogiendo de este modo la esencia de estas Jornadas internacionales iniciadas por el Siervo de Dios Juan Pablo II. “Estos encuentros de hecho forman la etapa de un peregrinaje a través del planeta, para manifestar –ha señalado Benedicto XVI- como la fe en Cristo nos hace a todos hijos de un único Padre que está en los cielos, y constructores de la civilización del amor”.
El Santo Padre ha recordado la expresión que la gente utilizaba para denominar a quienes participaron en esta jornada: “jóvenes peregrinos del mundo”, recogiendo de este modo la esencia de estas Jornadas internacionales iniciadas por el Siervo de Dios Juan Pablo II. “Estos encuentros de hecho forman la etapa de un peregrinaje a través del planeta, para manifestar –ha señalado Benedicto XVI- como la fe en Cristo nos hace a todos hijos de un único Padre que está en los cielos, y constructores de la civilización del amor”.
En este sentido el Papa ha señalado que la “característica propia del encuentro de Sydney fue la toma de conciencia de la centralidad del Espíritu Santo, protagonista de la vida de la Iglesia y del cristianismo”. Precisamente el Espíritu Santo fue el tema de las catequesis preparatorias en Sydney, y el protagonista de la Vigilia bajo la Cruz del Sur. Y por último, durante la gran celebración eucarística del pasado domingo “administré -ha proseguido recordando el Papa- el Sacramento de la Confirmación a 24 jóvenes de varios continentes, invitando a todos los presentes a renovar la promesa bautismal”.
“De este modo –ha proseguido el Papa- esta Jornada Mundial se transformó en un nuevo Pentecostés, de la que parte la misión de los jóvenes, llamados a ser apóstoles de sus coetáneos, como tantos santos y beatos, y en particular como el beato Pier Giorgio Frassati, cuyas reliquias, colocadas en la catedral de Sydney, fueron veneradas por un continúo peregrinaje de jóvenes. Cada chico y chica fue invitado a seguir su ejemplo, a compartir la experiencia personal de Jesús, que cambia la vida de sus ‘amigos’ con la fuerza del Espíritu Santo, el Espíritu del amor de Dios”.
Benedicto XVI ha finalizado su alocución previa al rezo mariano del Ángelus agradeciendo nuevamente a los obispos de Australia su acogida, así como a todas las autoridades y a quienes, desde todo el mundo, rezaron por este evento.
Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, el Santo Padre, como es tradicional, saludó en varias lenguas, éstas han sido sus palabras en español:
“Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana y a los que se unen a ella a través de la radio y la televisión. En este domingo, os invito a acoger en vuestro corazón la Palabra de Dios, en donde Cristo aparece como el verdadero tesoro. El que se encuentra con Él de forma auténtica, personal y convencida, descubre el sentido pleno de su vida. Dejémonos enriquecer por el amor del Señor para amar a los demás como Él nos enseñó. Que Dios os bendiga”.
Fuente: Radio Vaticano
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