Ciudad del Vaticano, 12 ago 08.- Antes de abandonar la catedral de Notre Dame y dar inicio a la Vigilia de Oración, Benedicto XVI ha querido dirigir un saludo a los jóvenes allí congregados. El Santo Padre ha destacado dos temas en su discurso a los jóvenes, por un lado recordar la importancia del Espíritu Santo y por otro, el orgullo con el que hay que llevar la Cruz.
Recordando el mensaje de la pasada Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Sydney donde el Espíritu Santo fue el tema central, el Papa ha invitado a “volver a Dios para aprender a amar y para tener la fuerza de amar”. “Todos buscáis la verdad y queréis vivir en ella –ha exhortado el Papa- Cristo es esta verdad. Él es el único Camino, la única Verdad y la verdadera Vida”.
En este sentido el Papa ha instado a los jóvenes a “confiar en el Espíritu Santo para descubrir a Cristo. El Espíritu es la guía necesaria de la oración, el alma de nuestra esperanza y el manantial de la genuina alegría”. Para ahondar en estas verdades de fe, el Pontífice ha invitado a meditar “en la grandeza del sacramento de la Confirmación”, llamando a anunciar a Cristo a las familias y amigos, en los lugares de estudio, trabajo y ocio. “No tengáis miedo –ha exclamado Benedicto XVI- tened ‘la valentía de vivir el Evangelio y la audacia de proclamarlo’ (Mensaje a los jóvenes del mundo, 20 de julio de 2007)”.
Pidiendo una vez más a los jóvenes que lleven la Buena Noticia a sus coetáneos, el Papa ha expresado la confianza de la Iglesia en ellos, pasando después a exaltar la importancia de la Cruz. “El domingo, en Lourdes, celebraré la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz junto con una multitud de peregrinos –ha dicho el Pontífice- Muchos de vosotros lleváis colgada del cuello una cadena con una cruz. También yo llevo una, como por otra parte todos los Obispos. No es un adorno ni una joya. Es el precioso símbolo de nuestra fe, el signo visible y material de la vinculación a Cristo”.
Para los cristianos, la Cruz simboliza la sabiduría de Dios y su amor infinito revelado en el don redentor de Cristo muerto y resucitado para la vida del mundo, en particular, para la vida de cada uno. “Que este descubrimiento impresionante –ha matizado el Papa- os aliente a respetar y venerar la Cruz. Que no es sólo el signo de vuestra vida en Dios y de vuestra salvación, sino también –lo sabéis- el testigo mudo de los padecimientos de los hombres y, al mismo tiempo, la expresión única y preciosa de todas sus esperanzas”.
Benedicto XVI ha reconocido que venerar la Cruz a veces también lleva consigo el escarnio e incluso la persecución, “la Cruz –ha dicho- pone en peligro en cierta medida la seguridad humana, pero manifiesta, también y sobre todo, la gracia de Dios y confirma la salvación. Esta tarde os confío la Cruz de Cristo”.
Antes de dar inicio a la Vigilia Benedicto XVI ha instado a los jóvenes a no olvidar los dos tesoros que les ha presentado, y concluyendo ha depositado una vez más en ellos su confianza, esperando que experimenten hoy y mañana la estima y el afecto de la Iglesia.
Fuente: Radio Vaticano
Recordando el mensaje de la pasada Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Sydney donde el Espíritu Santo fue el tema central, el Papa ha invitado a “volver a Dios para aprender a amar y para tener la fuerza de amar”. “Todos buscáis la verdad y queréis vivir en ella –ha exhortado el Papa- Cristo es esta verdad. Él es el único Camino, la única Verdad y la verdadera Vida”.
En este sentido el Papa ha instado a los jóvenes a “confiar en el Espíritu Santo para descubrir a Cristo. El Espíritu es la guía necesaria de la oración, el alma de nuestra esperanza y el manantial de la genuina alegría”. Para ahondar en estas verdades de fe, el Pontífice ha invitado a meditar “en la grandeza del sacramento de la Confirmación”, llamando a anunciar a Cristo a las familias y amigos, en los lugares de estudio, trabajo y ocio. “No tengáis miedo –ha exclamado Benedicto XVI- tened ‘la valentía de vivir el Evangelio y la audacia de proclamarlo’ (Mensaje a los jóvenes del mundo, 20 de julio de 2007)”.
Pidiendo una vez más a los jóvenes que lleven la Buena Noticia a sus coetáneos, el Papa ha expresado la confianza de la Iglesia en ellos, pasando después a exaltar la importancia de la Cruz. “El domingo, en Lourdes, celebraré la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz junto con una multitud de peregrinos –ha dicho el Pontífice- Muchos de vosotros lleváis colgada del cuello una cadena con una cruz. También yo llevo una, como por otra parte todos los Obispos. No es un adorno ni una joya. Es el precioso símbolo de nuestra fe, el signo visible y material de la vinculación a Cristo”.
Para los cristianos, la Cruz simboliza la sabiduría de Dios y su amor infinito revelado en el don redentor de Cristo muerto y resucitado para la vida del mundo, en particular, para la vida de cada uno. “Que este descubrimiento impresionante –ha matizado el Papa- os aliente a respetar y venerar la Cruz. Que no es sólo el signo de vuestra vida en Dios y de vuestra salvación, sino también –lo sabéis- el testigo mudo de los padecimientos de los hombres y, al mismo tiempo, la expresión única y preciosa de todas sus esperanzas”.
Benedicto XVI ha reconocido que venerar la Cruz a veces también lleva consigo el escarnio e incluso la persecución, “la Cruz –ha dicho- pone en peligro en cierta medida la seguridad humana, pero manifiesta, también y sobre todo, la gracia de Dios y confirma la salvación. Esta tarde os confío la Cruz de Cristo”.
Antes de dar inicio a la Vigilia Benedicto XVI ha instado a los jóvenes a no olvidar los dos tesoros que les ha presentado, y concluyendo ha depositado una vez más en ellos su confianza, esperando que experimenten hoy y mañana la estima y el afecto de la Iglesia.
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