Madrid, 27 Ene. 09.- El cardenal Cañizares destacó que su nombramiento ha sido voluntad de Dios y tuvo palabras de agradecimiento hacia la ACdP y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, que le entregaron un Sagrario en nombre de la asociación y de sus obras educativas.
Según señaló, “el futuro del hombre está en la adoración”, que ha sido una de las grandes enseñanzas del Papa en su magisterio, y destacó que “cuando se vive desde Dios importa el hombre”. Así, al colocar a Dios en el centro de todo, se cumplirá esa presencia en la vida pública y se ofrecerá a los hombres una respuesta: “la necesidad de Dios”. “Cuando se vive desde ahí, se ofrece para que la sociedad sea verdaderamente transformada”, añadió.
Además, de la adoración, consideró que la obediencia a Dios y aceptarle como centro de todo también se debe de tener presente. “La revolución de Dios, la revolución del amor, la revolución de la santidad hará hombres nuevos”, afirmó.
El cardenal aprovechó, también, y habló de la conversión de san Pablo, que ha contribuido a aceptar a Cristo como Señor de su vida, una renovación de la cultura existente. Según señaló, “sin la Iglesia no somos nada y Cristo sería una idea”. “Sólo la comunión profunda con la Iglesia salvará al mundo y habrá futuro para la humanidad”, agregó.
Por otra parte, el presidente de la ACdP y de la Fundación San Pablo CEU, Alfredo Dagnino, le mostró su admiración y agradecimiento por su apoyo, cercanía y cariño a la asociación y dijo que “la Iglesia lo que tiene que ser es de Dios, para Dios y para conducir a los hombres a Dios”.
También, señaló que en estos momentos que atraviesa España y el mundo, “son tiempos difíciles pero apasionantes”.
Según señaló, “el futuro del hombre está en la adoración”, que ha sido una de las grandes enseñanzas del Papa en su magisterio, y destacó que “cuando se vive desde Dios importa el hombre”. Así, al colocar a Dios en el centro de todo, se cumplirá esa presencia en la vida pública y se ofrecerá a los hombres una respuesta: “la necesidad de Dios”. “Cuando se vive desde ahí, se ofrece para que la sociedad sea verdaderamente transformada”, añadió.
Además, de la adoración, consideró que la obediencia a Dios y aceptarle como centro de todo también se debe de tener presente. “La revolución de Dios, la revolución del amor, la revolución de la santidad hará hombres nuevos”, afirmó.
El cardenal aprovechó, también, y habló de la conversión de san Pablo, que ha contribuido a aceptar a Cristo como Señor de su vida, una renovación de la cultura existente. Según señaló, “sin la Iglesia no somos nada y Cristo sería una idea”. “Sólo la comunión profunda con la Iglesia salvará al mundo y habrá futuro para la humanidad”, agregó.
Por otra parte, el presidente de la ACdP y de la Fundación San Pablo CEU, Alfredo Dagnino, le mostró su admiración y agradecimiento por su apoyo, cercanía y cariño a la asociación y dijo que “la Iglesia lo que tiene que ser es de Dios, para Dios y para conducir a los hombres a Dios”.
También, señaló que en estos momentos que atraviesa España y el mundo, “son tiempos difíciles pero apasionantes”.
Análisis Digital
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