Chillán, 27 ene. 09.- Por medio de una declaración pública Monseñor Carlos Pellegrin, Obispo de la diócesis Chillán ubicada en la VIII región del Bío Bío; dio a conocer su preocupación por la situación que afecta al mundo campesino, en especial a los trabajadores del trigo quienes se han manifestado este último tiempo con intensas protestas e incluso bloquearon por algunas horas la carretera central.
“Como creyentes en Jesucristo y portadores de su mensaje, en medio de una población ampliamente rural, asumimos el compromiso cristiano de hacer oír nuestra voz en este momento crucial para la vida del campo”, inicia la declaración que invita a todos los actores del conflicto a no desestimar esfuerzos en la búsqueda de soluciones con miras a la dignificación de las familias más pobres y a la justa retribución de los campesinos.
Mons. Pellegrin reconoce que el conflicto del trigo es sólo la punta del iceberg de una triste realidad de inequidad producto de las “frías” leyes de la economía globalizada. Continúa su declaración citando la “Carta pastoral a los hombres y mujeres del campo chileno”, emitida por los obispos de Chile el año 2007, en donde se manifiesta que: “los tratados de libre comercio (TLC) han abierto nuevas oportunidades y también siembran desconcierto y temores, han traído oportunidades para los más fuertes y han acrecentado el abismo entre los grandes productores y las empresas con respecto a los pequeños productores que quedan en el desamparo”.
En la declaración se comparte la preocupación por la realidad campesina debido al bajo precio de los productos agrícolas y el alto precio de los insumos para la producción, que genera una situación dramática especialmente en los pequeños y medianos productores de trigo.
Gaudium Press
“Como creyentes en Jesucristo y portadores de su mensaje, en medio de una población ampliamente rural, asumimos el compromiso cristiano de hacer oír nuestra voz en este momento crucial para la vida del campo”, inicia la declaración que invita a todos los actores del conflicto a no desestimar esfuerzos en la búsqueda de soluciones con miras a la dignificación de las familias más pobres y a la justa retribución de los campesinos.
Mons. Pellegrin reconoce que el conflicto del trigo es sólo la punta del iceberg de una triste realidad de inequidad producto de las “frías” leyes de la economía globalizada. Continúa su declaración citando la “Carta pastoral a los hombres y mujeres del campo chileno”, emitida por los obispos de Chile el año 2007, en donde se manifiesta que: “los tratados de libre comercio (TLC) han abierto nuevas oportunidades y también siembran desconcierto y temores, han traído oportunidades para los más fuertes y han acrecentado el abismo entre los grandes productores y las empresas con respecto a los pequeños productores que quedan en el desamparo”.
En la declaración se comparte la preocupación por la realidad campesina debido al bajo precio de los productos agrícolas y el alto precio de los insumos para la producción, que genera una situación dramática especialmente en los pequeños y medianos productores de trigo.
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