Ciudad del Vaticano.- Benedicto XVI se asomó a mediodía al balcón del patio interno del palacio apostólico de Castelgandolfo, donde transcurre un período de descanso, para rezar el Ángelus con los fieles allí reunidos.
Antes de la oración mariana el Papa reflexionó sobre el Evangelio de este domingo, que narra la visita Jesús a casa de Marta y María, las hermanas de Lázaro. La primera se dedica a las tareas domésticas y reprocha a la segunda que no la ayuda porque está embebida escuchando a Cristo.
El Santo Padre citó las palabras del texto de San Lucas, "Marta, Marta, te afanas y preocupas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor de una sola. María ha elegido la parte buena que no le será quitada", y explicó: "La palabra de Cristo es clarísima: ningún desprecio por la vida activa, ni mucho menos por la generosa hospitalidad; sino una llamada para recordar que la única cosa verdaderamente necesaria es otra: escuchar la Palabra del Señor; ¡y el Señor en aquel momento está allí presente en la Persona de Jesús! Todo lo demás pasará y nos será quitado, pero la Palabra de Dios es eterna y da sentido a nuestro quehacer cotidiano".
"Esta página del Evangelio corresponde plenamente al tiempo de las vacaciones -dijo el Papa-, porque recuerda que los seres humanos deben trabajar, dedicarse a las tareas domésticas y profesionales, pero necesitan sobre todo a Dios, que es luz interior de Amor y de Verdad. Sin amor, incluso las actividades más importantes pierden valor y no dan alegría. Sin un significado profundo, todo nuestro afán se reduce a un activismo estéril y desordenado".
"Y ¿quién nos da el Amor y la Verdad, si no Jesucristo? Aprendamos pues, hermanos -concluyó- a ayudarnos los unos a los otros, a colaborar, pero antes que nada a elegir juntos la parte mejor, que es y será siempre nuestro bien más grande".
VIS
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